Los agricultores denuncian el modelo exportador marroquí
Las organizaciones agrarias han denunciado que sólo un puñado de grandes firmas exportadoras marroquíes, de capital francés o español, se benefician del último contingente de exportación de alimentos desde Marruecos a la UE.
Bruselas acaba de aprobar otro incremento de los contingentes de exportación de tomates desde Marruecos a la UE. Se trata de un paso más en la liberación total del comercio agroalimentario con el Magreb en 2012. Esta liberalización perseguía, sin éxito, desarrollar la zona y atajar la emigración. La estructura productiva del sector hortofrutícola marroquí impide que los pequeños agricultores y asalariados del campo puedan beneficiarse lo más mínimo de los acuerdos.
Los primeros, agrupados en cooperativas, apenas controlan un 5% de la exportación hortofrutícola y los segundos desarrollan jornadas de 10 horas por las que perciben unos cinco euros de media por jornada y gozan de una Seguridad Social precaria.
Sí se benefician, sin embargo, las grandes firmas que oligopolizan la exportación, las principales formadas a partir de capital marroquí y francés o marroquí y español. La principal es Azura, empresa que controla el 60% de las exportaciones hortofrutícolas de Marruecos, constituida por capital marroquí (de una de las familias más hacendadas del país, Taza) y francés, de la potencia hortofrutícola francesa Alveol. Otra de estas firmas es Delassus, de capital marroquí aportado por la familia Bennami Smires y por la empresa hortícola murciana Durán.
El negocio francés
Los productores españoles son los más perjudicados por estas exportaciones desde Marruecos. Coinciden en el tiempo con las españolas y benefician enormemente a Francia. Las empresas galas venden el tomate marroquí a todo el continente, en épocas improductivas para ellos; luego venden sus hortalizas sin competencia y, por último, se benefician de los intercambios comerciales.