El desafío de hacer carrera y ser padre
Hasta junio de este año, algo más de 120.000 mujeres trabajadoras han ejercido su derecho a tener permiso por natalidad en España. Los hombres que han obtenido este permiso en su empresa no alcanza los 1.800. Pero, quizá, lo más llamativo no es lo escueto del dato, sino que, en comparación con las cifras de 2002 para el mismo periodo, el número de hombres que solicita permiso para cuidar de su hijo ha aumentado un 13%. ¿Algo está cambiando en la sociedad? Quizá, pero lentamente.
Pilar Pérez, directora de recursos humanos de Procter & Gamble reconoce que por mucho que la legislación sea favorable a que los hombres compartan las tareas con las mujeres y por mucho que las empresas establezcan planes de flexibilidad de horarios, lo que llevará tiempo es cambiar esa mentalidad de los hombres que 'se quedan un par de horas más en el trabajo porque afirman que cuando llegan a casa les gusta que los niños estén bañados y cenados'. En Procter & Gamble, con una plantilla que Pérez reconoce joven y de unas 800 personas, ningún hombre ha solicitado el permiso de paternidad.
Enrique es director de área en una entidad financiera extranjera en Madrid. No quiere dar su nombre real porque 'aún hay muchos prejuicios' y reconoce que 'no he pedido el permiso por miedo al famoso qué dirán. Mi autoridad ante el equipo que coordino se vería dañada. En mi entorno, incluso las mujeres posponen o renuncian a la maternidad para no estar en situación diferente a la de un compañero hombre'.
Para cambiar este tipo de planteamientos, el Ayuntamiento de Jerez creó en 1999 un programa pionero y hasta la fecha el único a nivel institucional llamado Hombres por la Igualdad. Según Daniel Leal, encargado de este programa junto al coordinador general, José Ángel Lozoya, 'las ventajas de la legislación actual es que involucra a los hombres en la educación de sus hijos desde el principio y evita que los empresarios discriminen a las mujeres en previsión de futuros permisos porque también los hombre pueden pedirlos'. Pero Leal admite no conocer a ningún hombre que haya solicitado el permiso de paternidad.
Yolanda Sánchez Urán, profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense, recordó recientemente en un debate organizado por Sagardoy Abogados y Randstad que, además de la actual batería de normas para conciliar la vida laboral y personal, las empresas están yendo más allá en medidas como la flexibilidad de horarios. Pero para que la conciliación sea un hecho 'hombres y mujeres tenemos que concienciarnos de que servimos para lo mismo', afirmó. Al tiempo que reclamó que en esta tarea es importante que las leyes y los tribunales sean conscientes de que 'el objetivo no es proteger a la mujer sino garantizar el cuidado de los hijos'. De momento, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo, el 47% de los hombres afirma ocuparse de las reparaciones del hogar y en un porcentaje parecido reconocen que es su pareja quien cocina, limpia la casa, lava la ropa, plancha y hace la compra. Una respuesta que se ve refrendada por la que dan las mujeres que, más o menos entorno al 50%, reconocen hacer solas estas tareas.
Normativa
Permiso retribuido por nacimiento durante 16 semanas, de las que la madre puede renunciar a 10 a favor del padre.Reducción de jornada por lactancia tanto para la madre como para el padre.Excedencia para el padre o la madre y no más de tres años.
Escalar en la empresa o quedarse en casa
En EE UU, donde es algo exótico tomar un mes de vacaciones los hombres, sobre todo, los padres, empiezan a decir 'basta'.Hasta ahora buscar el equilibrio entre trabajo y vida personal era una cuestión femenina. Según la revista Fortune muchas mujeres declinan más responsabilidades en las empresas a cambio de un mejor equilibrio entre los universos laboral y personal. 'Las mujeres han sido juzgadas muy duramente por ello y muchos se han llegado a preguntar si estaban hechas para ciertos trabajos', dice Bernadette Kenny, vicepresidente de la consultora Lee Hecht Harrison.Un estudio de esta consultora muestra que el 10% de los ejecutivos de recursos humanos de las empresas observan que hombres de alto potencial dejan la empresa o rechazan una promoción para no comprometer más su vida privada. 'No es un problema masculino o femenino sino de lo que es razonable que la empresa demande a sus empleados', dice Kenny, quien admite que los hombres que marcan esta tendencia no suelen ser aún bien juzgados tampoco.Este estudio hecho entre 101 empresas de distintos sectores en EE UU, indica que aunque tres cuartas partes de las empresas analizadas tienen ciertos programas de equilibrio privacidad/trabajo, el 38% de los empleados no los usa y el 16% teme que haya represalias si lo hacen.Las conclusiones de Lee Hecht se refrendan por otro análisis del Instituto Familia y Trabajo de EE UU que recoge que el 20% de los ejecutivos hombres han recortado sus aspiraciones de carrera por prestar más atención a su vida privada.'Los trabajadores que tienen un acceso mayor a un esquema laboral más flexible tienen mejor salud mental que otros empleados y se suelen comprometer más con su empleador', se deduce de esta investigación. Ellen Galisnky, presidenta de este instituto, asegura que las empresas se adecuan a las condiciones demográficas, 'pero las familias están cambiando y los hombres más'. No está sola en esta conclusión. Según el portal en Internet de ofertas de empleo, CareerBuilder.com, cuatro de cada 10 padres dejarían su trabajo para ser 'padre en casa'.Pero 'si escalar puestos es la motivación primera del trabajador, quizá esperar una vida más equilibrada sea imposible', dice Kenny, que detalla: 'La diferencia es que más gente hace esta elección que antes'.
Un caso ejemplar
No se siente un bicho raro pero Juan Antonio Cabrerizo, auditor de banca comercial de Caja Madrid, admite que no conoce a nadie que, como él, haya pedido permiso para cuidar a su hijo recién nacido. 'La decisión', afirma Cabrerizo, 'surgió así, sin más, y es que dejar a mi mujer sola con un niño muy pequeño y otro recién nacido y yo trabajando, a veces fuera de Madrid, no era una opción'.Cabrerizo cree que el hecho de que su mujer pidiera una excedencia propició que renunciara a las cuatro semanas que él disfrutó y anima a todo el que esté en su situación a seguir su ejemplo porque 'me ha dado tranquiliad para asumir mi nueva situación familiar'. En Caja Madrid, donde trabaja desde hace 26 años, su caso no causó ninguna reacción especial. Pero de las 300 bajas parentales que de media se piden en la entidad cada año, sólo 13 han sido solicitadas por hombres.