Caruana limita el control de las cajas en los bancos
El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, ha hecho saber a las cajas de ahorros que no quiere que la politización de la que son objeto se extienda a los bancos. No es nuevo, pero se lo ha recordado con motivo de la salida al mercado del Zaragozano y el Atlántico, por los que han optado y optan algunas cajas.
Según fuentes de las cajas, Caruana ha transmitido que está especialmente preocupado por la politización de las cajas y sus planes van en la doble dirección de intentar despolitizarlas con la ayuda de la reforma de la ley de cajas y, por otro lado, evitar que esa influencia de la política contamine a los bancos participados.
Jaime Caruana se opone especialmente al modelo de influencia que representa Bancaja en el Banco de Valencia, donde controla el 38%. El presidente de Bancaja, Julio de Miguel, elegido por el Partido Popular, es además el presidente del Banco de Valencia y la política de todo el grupo se coordina desde la caja. Un ejemplo es la inversión en Terra Mítica a instancias de la Generalitat Valenciana, donde Bancaja y la CAM tomaron un 15% cada una. Bancaja lo hizo con la ayuda del Banco de Valencia (5%), que ya ha perdido cinco millones en la aventura y ha invertido otros 11 millones.
Para evitar que se extendiera este modelo, Jaime Caruana vetó expresamente la compra del 40% del Zaragozano por parte de Bancaja, operación que ya estaba acordada entre la entidad financiera y los Albertos con vistas a una futura fusión con el Banco de Valencia.
El caso de este banco no es equiparable al del Sabadell, donde La Caixa tiene el 15% pero ningún consejero, pero Caruana no quiere que se avance en esa dirección. Por ello, ha hecho saber a ambas entidades catalanas que no desea que La Caixa aumente su participación en el banco, ni siquiera con motivo de una hipotética ampliación de capital para comprar el Banco Atlántico.
Curiosamente, el Sabadell estuvo en la órbita de Bancaja justo antes de que La Caixa tomara el 15% a cambio del 100% del Banco Herrero. Bancaja pretendía una operación similar, tomar una participación del Sabadell a cambio del 38% del Valencia, pero 'alguien se opuso y entró La Caixa', según fuentes del banco. La Caja del Mediterráneo (CAM) conoce las objeciones del Banco de España, pero estudia entrar en la puja por el Atlántico con el argumento de que su intención es comprar el 100% e integrarlo en su red, operación que sí admitiría Caruana. No obstante, la caja alicantina aún no ha presentado su oferta ni tiene el visto bueno del Banco de España, según fuentes del consejo.
El gobernador desaprueba que las cajas mantengan la marca de los bancos que compren
Caja Madrid abrió la brecha con la compra del Crédito y Ahorro al BBV
Caja Madrid fue la primera en apostar por crecer a través de la compra de un banco. Eran los primeros años de la década de los noventa. El banco objeto de compra: el Crédito y Ahorro del entonces BBV. A ella le empezaron a seguir otras cajas, que vieron en esta fórmula una buena y rápida vía de crecimiento. Bancaja adquirió al Santander el Banco de Murcia, hoy absorbido. Luego fue el Banco de Valencia al también desaparecido Central Hispano. La Caixa tampoco quiso quedarse atrás, compró dos pequeños bancos, hasta que en 1995 llegó su oportunidad, el Herrero, un banco mediano independiente de Asturias, con presencia en toda España. El hecho de que una caja apostase ya por la compra de un banco mediano comenzó a levantar ampollas. Más cuando unos meses antes, en 1994, un grupo de cajas quiso pujar por Banesto, pero el Banco de España les hizo abandonar la idea antes de que fuese a mayores. En 1996, el entonces presidente de la CECA y de Unicaja, Braulio Medel, anunció el interés de las cajas por participar en la privatización de Argentaria, algo que tampoco pudo ser. Era un gran banco, como Banesto. El Banco de España comenzó entonces a recomendar a las cajas que integrasen en su red los bancos adquiridos, recomendación reavivada ahora.
¿Un político a la cabeza del Banco de Valencia?
La reticencias del Banco de España a la politización del Banco de Valencia a través de Bancaja podrían agudizarse si alcanza la presidencia del primer grupo financiero valenciano el ex presidente de la Generalitat y destacado miembro del Partido Popular José Luis Olivas, cuyo nombre suena con fuerza para sustituir a Julio de Miguel.El PP y el PSOE han iniciado negociaciones para renovar los cargos en la entidad y Julio de Miguel figura entre los que cesan. De Miguel, amigo personal de José María Aznar, tuvo en su día el apoyo de Eduardo Zaplana, que controla el proceso desde Madrid, pero algunas fuentes apuntan a que el ahora ministro prometió a Olivas el puesto. Otras fuentes sugieren una posible solución salomónica, en la que Olivas tendría la presidencia de la caja y De Miguel conservaría la del banco.