Lladró aterriza en Moscú
Ayer se inauguró en el Museo Nacional de Historia de Moscú, en plena Plaza Roja, una muestra antológica de Lladró, que coincide con los 50 años de la firma valenciana, fundada en 1953 por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró.
La colección, compuesta por más de 150 piezas, se podrá ver hasta el 15 de enero y realiza un recorrido cronológico por los modelos más representativos que la firma valenciana de cerámica ha vendido por todo el mundo en las últimas cinco décadas. De las primeras piezas que hacían los tres hermanos, formados en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, en el horno de su casa en la década de los cincuenta destacan los colores primarios (rojos, azules y dorados), que fueron cambiando hacia una línea pastel y tenue que se ha conservado hasta el momento. Durante esa época también se fueron definiendo las formas alargadas de ángeles, damas o jarrones, y la temática, que busca siempre la representación de acciones cotidianas, relacionadas con el amor, la familia o la naturaleza, siempre con un marcado carácter positivo.
Desde la compañía aseguran que a pesar de los avances tecnológicos, la producción sigue siendo artesanal en su totalidad, aunque eso no signifique que se haya renunciado a investigar nuevas líneas de trabajo. En este sentido destacan las piezas realizadas con gres y esmalte, que se empezaron a trabajar a partir de los 70 y aún perduran, a pesar de las complejidades técnicas del proceso de cocción. En la actualidad, los hornos de las cuatro fábricas de Tabernes Blanques (Valencia) se alimentan de gas natural y la temperatura de cada uno de ellos es controlada por ordenador. 'No renunciamos a ninguna tecnología que aporte calidad a las piezas', dicen.
Lladró ha escogido Rusia al considerarlo un mercado interesante, a pesar de las dificultades de una nueva economía de mercado. La firma está implantada en ese país desde 1990, tiene dos tiendas en Moscú, otra en San Petersburgo y dos centros multimarca en Thuymen y Vladivostok.
De los colores primarios y dorados de los cincuenta se fue pasando a las formas alargadas y las temáticas agradables que aún perviven en la actualidad