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Tribuna
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El automóvil gana velocidad

El incremento de las matriculaciones de turismos en Europa occidental se debe, sobre todo, a los resultados de España, Italia y Alemania. El autor considera que existen motivos para confiar en que esta tendencia positiva se mantendrá en 2004

El automóvil es el motor de nuestra economía global. Asegura el transporte de bienes rápido y sin dificultades a través de las fronteras, conecta a las personas y garantiza la movilidad individual. El automóvil hace posible nuestro nivel actual de vida. Es un exponente tecnológico por excelencia y el medio de vida de numerosas personas -sólo en Alemania, uno de cada siete puestos de trabajo depende del sector del automóvil-.

Sin embargo, el año 2003 está siendo un ejercicio de lucha para la industria europea del motor. Las condiciones marco no son precisamente favorables. Los compradores titubean a la hora de hacer nuevos encargos. Las matriculaciones y la producción están por debajo del nivel del año pasado. Es cierto que ya hay algunas señales que indican que el mercado está ganando de nuevo dinamismo. Así, las matriculaciones de turismos avanzaron con fuerza durante el mes de septiembre en Europa occidental y superaron en un 4% el nivel del mismo mes del pasado ejercicio. Ese incremento se debe, sobre todo, a los resultados de España, de Italia y de Alemania.

El año 2003 está siendo un ejercicio de lucha para la industria europea del motor

En Alemania, los fabricantes se mantienen de momento ligeramente por debajo del nivel de producción del pasado año, si bien están haciendo todo lo posible por volver a pisar pronto el acelerador y animar la demanda interna, desde hace unos años en ligero retroceso.

Las perspectivas no son malas: el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort (IAA), celebrado recientemente, aportó algunas claras señales tanto de optimismo como de confianza. Cerca de un millón de visitantes -más que nunca en su historia- llegaron a Fráncfort para apreciar las numerosas primicias mundiales, que también alcanzaron una cifra récord.

En pocas ocasiones la oferta de vehículos ha sido tan atractiva y tan variada como lo es en la actualidad. Junto a ello está la necesidad de renovación, pues la edad media del parque automovilístico ya supera los siete años y medio.

Sin embargo, mucha gente está preocupada por las discusiones sobre las subidas de impuestos y ello ha reducido la disponibilidad de compra.

Pese a estas negativas condiciones, las ventas del sector han aumentado desde principios de año hasta situarse sólo ligeramente por debajo del nivel del pasado ejercicio. La entrada de pedidos registró incluso en septiembre un claro avance. Estamos convencidos de que gracias a un último empujón a finales de este año se logrará cumplir con nuestras previsiones de 3,25 millones de turismos vendidos en Alemania a lo largo de 2003.

Hay motivos para confiar en que esta tendencia positiva se mantendrá en 2004, cuando aumente la producción por el lanzamiento de nuevos productos y la entrada de pedidos se refleje en las matriculaciones. Con una consecuente ofensiva de modelos, la industria del automóvil ha puesto las bases para aprovechar el incipiente viento en popa con el fin de ganar velocidad. Sin embargo, aún es demasiado pronto para una euforia excesiva.

Para la evolución del sector será decisiva una mejora de las condiciones fiscales y económicas en Alemania. Necesitamos confianza.

Lo que precisan tanto empresarios como consumidores es seguridad para hacer planes y no nuevos aumentos de los costes de la movilidad.

Actualmente, un 73% del precio de la gasolina corresponde a impuestos, un negativo récord. Hace falta descargar más, no aumentar las cargas. Los políticos deben implantar las condiciones marco necesarias para el conjunto de la economía y poner en marcha las reformas precisas con rapidez.

Sólo así se podrá reducir eficientemente la aún generalizada inseguridad de los consumidores e inversores.

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