El presidente y el banquero
El presidente del Gobierno, José María Aznar, prefirió hablar en castellano en el hotel Hilton de Manhattan, 'porque lo hago mejor que en inglés , todavía'. El presidente recibía de manos del rabino Arthur Schneier, de la Fundación Llamamiento a la Conciencia, el premio al estadista mundial del año en una cena de gala celebrada la noche del martes. En el acto se recaudaron fondos para la organización, 'promotora de la paz, la tolerancia y la resolución de conflictos'. El rabino le agradeció su presencia y le felicitó por ser 'un hombre de palabra'. En los discursos, el presidente de la fundación recordó, arrancando un aplauso entre los asistentes, el apoyo de Aznar en la guerra contra Irak. Aznar no fue el único premiado. Josef Ackermann, presidente de Deutsche Bank con dos procesos pendientes, recibió el galardón Llamamiento a la Conciencia. Aznar dijo que la diferencia entre el banquero y él es que Ackermann había llegado el sábado y se iba más tarde, mientras él había llegado al mediodía a Nueva York y se iba tras la cena, lo que se interpretó como una explicación de sus muchas ocupaciones.
Quien pasa por una cartera ministerial no se olvida con facilidad de su estancia en Madrid. Jaume Matas, ex ministro de Medio Ambiente y presidente balear, dijo ayer que 'las islas Baleares tienen que poder decidir sobre las grandes cuestiones de Estado'. Habrá que tenerlo en cuenta. Matas es uno de los nombres que suena insistentemente para el futuro equipo Rajoy.