Las ventajas de pertenecer al club de las tarjetas oro
Casi un préstamo personal. Con esta definición bastaría para referirse a las tarjetas de crédito en su modalidad oro. No es para menos. El crédito que ofrecen muchas de ellas ronda los 30.000 euros mensuales, puede llegar a los 60.000 euros y, en algunos casos, en los que lo fija el cliente, determinados bancos y cajas permiten disponer de hasta un millón de euros. Todo ello de forma inmediata y con la ventaja de disponer de una línea de financiación en cualquier momento sin necesidad de solicitar un préstamo. Pero ésta es sólo una de las ventajas que ofrecen estas tarjetas.
Las bondades de este medio de pago son evidentes, si bien, varían en función del emisor. Símbolo de prestigio y destinada a aquellos clientes con una capacidad de reembolso superior a la de los tenedores de la clásica, esta tarjeta ofrece mayores ventajas que la tradicional tarjeta de crédito. Además de una mayor flexibilidad para fijar el límite de crédito, las tarjetas oro (Visa o Mastercard) ofrecen un mayor número de seguros.
El seguro de atraco, de asistencia y retraso en viajes, pérdida de equipajes, el que cubre las compras realizadas, el uso fraudulento o el de reposición inmediata de la tarjeta en caso de extravío son algunas de las prestaciones añadidas de las que gozan los titulares de estas tarjetas. En lo que respecta a los seguros que incorporan las tarjetas tradicionales, sus coberturas también son mayores. En caso de accidente, las indemnizaciones pueden llegar a superar los 600.000 euros.
Aunque sus prestaciones y ventajas dependen del banco o caja que las emite, por lo general, ofrecen un mayor número de seguros y mejor cobertura en caso de accidente
Además, la mayoría incluye ventajas añadidas como el poder beneficiarse de descuentos en algunos comercios que oferta la 123 de Banesto o la devolución del 1% de las compras que incluye la tarjeta Patagon. Algunas también incorporan la opción revolving, como la tarjeta Gold de La Caixa que permite disponer del capital que ya se ha amortizado.
Pero la comodidad se paga. Beneficiarse de estas ventajas tiene un precio. Por lo general, las cuotas anuales de la tarjeta titular oscilan entre los 30 y los 60 euros, frente a los 20 de media que cobran las tradicionales. Ante la variedad de condiciones y precios, analizar sus prestaciones en función de las necesidades es vital antes de contratarla.
Alternativa a bancos y cajas
American Express completa, junto a Visa y Mastercard, el triángulo de marcas reconocidas en el mercado que cuentan con tarjetas oro. Entre las tres, sin embargo, media una diferencia. Mientras Mastercard, al igual que Visa, es una red que necesita de entidades financieras que la emitan, American Express es una compañía especializada en servicios financieros y, como tal, emite y distribuye sus propias tarjetas. ¿Las ventajas? La compañía fija las condiciones, algo que no ocurre en las dos anteriores.Las características y prestaciones de las tarjetas Visa y Mastercard vienen determinadas por las entidades emisoras. La aceptación de ambas marcas en el mercado es similar, pero Visa está más extendida entre los clientes.Sin embargo, es American Express la más rompedora en este segmento. Además de no tener un límite de gasto preestablecido, que permite al cliente gastar tanto como pueda permitirse, no exige el pago de intereses. En contra está que esta modalidad de tarjeta no brinda la posibilidad de aplazar los pagos. Para abonar la deuda, la compañía cargará, una vez al mes, la factura de los gastos en la cuenta bancaria del titular.Por 110 euros al año -66 euros cuando se trata de tarjetas suplementarias-, el titular cuenta con beneficios añadidos como un servicio de atención al cliente las 24 horas al día y una agencia de viajes personalizada entre otras.Aunque esta tarjeta no está pensada como medio para extraer efectivo, American Express permite el acceso a más de 340.000 cajeros en todo el mundo a través del servicio Express Cash, que en España opera en las redes 4B y Servired.
Tenga en Cuenta
El coste de pagar a créditoEl pago aplazado de las compras es una de las modalidades de abono que contemplan estos soportes. Por lo general, las entidades permiten abonar la deuda pendiente en cuotas fijas o porcentajes. Los intereses que genera la deuda aplazada oscilan entre el 0,44% y el 1,85% nominal mensual.La cuota fija es otra de las formas de pago que incorporan estas tarjetas. En este caso, el cliente opta por abonar una cantidad fija mensual de capital e intereses, como si de una tarifa plana se tratase, que pagará siempre, compre lo que compre.Las comisiones por sacar dinero son elevadas. Extraer efectivo con estas tarjetas en un cajero de la propia entidad tiene un coste entre el 2,5% y el 4,5%, en función del banco, mientras que si pertenece a una red ajena, la tasa asciende hasta el 4%-5%, la misma que se cobra en las extracciones realizadas en cajeros de la UE.Las tarjetas asociadas o las expedidas para los beneficiarios tienen un coste bastante inferior a la del titular. Sin duda, se trata de una gran ventaja. Mientras la cuota anual del titular oscila entre los 30 y los 60 euros, las adicionales suelen costar la mitad.