Sol Meliá reduce su actividad hotelera en el norte de África
La cadena hotelera Sol Meliá acaba de romper el contrato de gestión que mantenía en varios puntos de Marruecos y mediante el cual explotaba cuatro establecimientos. En Túnez, ha ido cerrando siete acuerdos de alquiler por falta de rentabilidad.
La ruptura con Marruecos se explica, según fuentes de la compañía, 'en el incumplimiento por parte de los propietarios de un acuerdo en el que se especificaba la renovación de los establecimientos para adaptarlos a la marca Sol Meliá'.
Por tanto, añaden dichas fuentes, 'la decisión no corresponde a un cambio de estrategia en el crecimiento de la cadena en aquel país. Seguiremos buscando otros emplazamientos para continuar en un país que nos parece que tiene gran potencial'.
Las razones de aflojar en Túnez son bien distintas. Antes de los atentados del 11 de septiembre, la cadena apostaba fuerte por este país. Después de los ataques, los niveles de ocupación de sus cerca de 18 establecimientos en régimen de alquiler y franquicia contaban con un nivel de ocupación entre un 15% y un 30%.
Ante la falta de rentabilidad de sus plazas hoteleras, la cadena renegoció con los propietarios la cuantía del alquiler en algunos de sus centros, pero no lo consiguió en otros. 'Sólo por este motivo, cerca de siete establecimientos tunecinos se han ido desafiliando de la compañía', aseguran.
Recientemente, la cadena hotelera Sol Meliá ha vendido uno de sus establecimientos que considera no rentables, el Sol Patos de Benalmádena (Málaga), por 16,8 millones de euros. La operación se enmarca dentro del plan de reducir su deuda, que asciende a 1.212 millones.