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Toma de decisiones

Los directivos manejan cada vez más datos, pero se sienten peor informados

Los principales responsables de las compañías manejan una cantidad ingente de datos. Es una situación que va en aumento, pero que no se traduce en información de calidad. Los ejecutivos sienten que cada vez tienen menos tiempo para la reflexión y esto repercute en la rentabilidad del negocio. Según una encuesta de Teradata, los ejecutivos apuestan por tener una clara visión corporativa como solución.

Datos, datos, datos, ¡me hundo en un mar de datos, datos contradictorios, datos dispersos, datos aislados que no dicen nada!'. En más de una ocasión, los directivos de las grandes compañías han formulado esta exclamación, '¡y la culpa es de Internet!', añaden. Al menos, así parece desprenderse de una encuesta realizada por Teradata, división de NCR dedicada a sistemas de información.

Los directivos sienten que el volumen de datos que manejan se duplica de año en año. 'Demasiada información puede provocar parálisis en el análisis', afirma el director senior de una compañía productora y distribuidora de bebidas con una facturación superior a los 1.000 millones de dólares que ha participado en la encuesta. Al tiempo, la vida diaria de las empresas les exige adoptar más decisiones y el tiempo para elegir, valorar y sopesar una actuación disminuye. Las principales consecuencias son pérdida de oportunidades de negocio, disminución de la rentabilidad o pérdida de tiempo en el lanzamiento de un producto.

Werner Suelzer, vicepresidente de Teradata para Europa, Oriente Próximo y África, define el entorno actual de las empresas afirmando que están 'subinformadas, en exceso computerizadas y con carencias de personal'.

Para Suelzer 'la información es lo único que distingue a una empresa de otra, de ahí que deban competir en información'. En su opinión, 'la respuesta no es trabajar más duro'. Según los datos de la encuesta, los ejecutivos se muestran en 2003 más propensos a decir que están trabajando más y en condiciones más duras que en 2002. Sin embargo, de la encuesta se desprende que esos mismos ejecutivos que trabajan duro creen que las claves para evitar una pobre toma de decisiones son la clara visión corporativa y el intercambio de información en la empresa.

Soluciones rápidas

Otro de los datos de la encuesta, que ha sido realizada entre julio y agosto de año de este año entre 158 ejecutivos que en su mayoría son vicepresidentes o cargos superiores como consejeros ejecutivos, revela que tan sólo el 6% obtiene las respuestas adecuadas a sus preguntas a tiempo. Un mal dato que, no obstante, se compensa con un 59% que afirma obtener una respuesta rápida con frecuencia. 'Frecuentemente es suficiente porque siempre es imposible', declaró el vicepresidente de una compañía de servicios financieros en el cuestionario.

Para fomentar esta inmediatez en la respuesta, los ejecutivos planean usar la automatización en la gestión de datos en ámbitos como la gestión financiera, el inventario o la predicción de la demanda.

Sin precisar la inversión necesaria para que una empresa cuente con un sistema de almacenamiento y gestión de datos, Seulzer afirma que 'no es necesario invertir mucho para conseguir algo, en la actualidad hay mucho gasto y poco retorno de la inversión'. Según la encuesta, el 31% de los encuestados declaró no saber si su empresa tenía un almacén de datos y el 22%, que tenía entre uno y diez.

Utilizar el ordenador será como conducir

Quienes a comienzos del pasado siglo se ponían al volante de los primeros coches eran, además de potentados, unos profesionales del motor. Décadas después, conducir un coche es una de las actividades más generalizadas de la vida cotidiana. Para Suelzer, esto es lo que va a ocurrir en los próximos cinco años con los ordenadores. Para el vicepresidente de Teradata, en este tiempo, usar un ordenador o herramientas informáticas sofisticadas estará tan generalizado como ahora conducir.Entre las carencias de las empresas, no estará tanto la necesidad de contar con personal especializado en nuevas tecnologías (que ya no serán tan nuevas), sino especialistas en economía u otras materias que además de manejar la informática sepan aportar una visión global al negocio. En una apuesta más arriesgada, Suelzer cree que para que las empresas europeas compitan en EE UU hay que insistir en la educación del capital humano, educación que pasa por el latín o la literatura rusa, además, claro está, de más especialización.

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