Sueños transeuropeos

En cualquier listado de los principales problemas económicos de la UE, la falta de trenes transfronterizos o de redes de telecomunicaciones de gran velocidad no aparecerían entre los primeros. Aun así, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, propuso el miércoles, en el marco de su grandilocuente Iniciativa para el Crecimiento, más inversiones en tales infraestructuras (...).

Es ridículo proclamar, como hizo Prodi, que esas inversiones pueden aumentar un 0,6% el PIB de la UE (...). El cálculo se basa en una serie de dudosas premisas: que no se desplace al capital privado, no aumenten los déficit públicos y no suban los tipos de interés (...). En dos de las prioridades de la Comisión, los trenes de gran velocidad y la banda ancha, la UE ya está delante de EE UU (...). La Comisión afirma que la UE no gasta suficiente en I+D (...). Hace falta más financiación para la investigación en universidades e instituciones públicas. Pero su naturaleza no tiene horizonte temporal y puede no mostrar resultados inmediatos. Hace diez años, la UE estuvo desperdiciando enormes cantidades en la televisión analógica de alta definición, la cual quedó obsoleta con el desarrollo de la tecnología digital. Esta debacle demostró que es mejor que la Comisión, y los Gobiernos, mejoren el clima para la investigación científica y tecnológica en lugar de intentar escoger las tecnologías que se impondrán (...).

Las causas de la decepcionante tasa de crecimiento de la UE son complejas. Incluyen, entre otros muchos factores, la demografía, la estructura de los sistemas de protección social, la inflexibilidad de los mercados laborales. Lo que Prodi ofrece no es siquiera un modesto comienzo, y mucho menos, una solución.