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Despidos

Almussafes se salva de los despidos de Ford

Ford Europa asestó ayer un duro golpe a su factoría de Genk, en Bélgica, al anunciar el despido de 3.000 empleados, el 36% de la plantilla, y lo que es peor, la retirada de la inversión prevista para que esta factoría fuera la que liderara la fabricación del nuevo Focus, cuyo lanzamiento se espera para 2005.

Este anuncio, según la multinacional, forma parte de 'una serie de acciones de Ford encaminadas a reducir costes salariales y operativos' que rompan los números rojos que viene encadenando la multinacional. 'Estamos sufriendo pérdidas que son insostenibles y necesitamos reducir nuestros costes más rápido de lo que teníamos previsto', dijo ayer el presidente de Ford Europa, Lewis Booth.

El recorte de empleo de Ford se enmarca en una segunda ronda de adelgazamiento de plantilla en estos dos últimos años y que tiene como objetivo reducir un 10% los costes laborales, que el año pasado ascendieron a 24.000 millones de dólares para 350.320 empleados.

Así, los 3.000 despidos en Genk se anuncian apenas horas después de que en Estados Unidos se hiciera público un recorte de 3.050 empleos y previamente se hubiera confirmado la pérdida de otros 1.700 en Alemania y 500 en Reino Unido. Ayer distintas fuentes aseguraban que el recorte total previsto para este año en todo el mundo oscilaría entre 8.000 y 12.000 empleos, cifra esta última aportada ayer por The Wall Street Journal. De momento, Almussafes se ha librado de estos recortes, igual que se salvó de la reducción de 21.500 empleados en todo el mundo anunciada en 2002, o de los expedientes temporales para las otras tres plantas europeas (Colonia, Saarlouis y Genk) anunciados para lo que resta de año. Ayer la dirección de Ford en Almussafes y los sindicatos se mostraron convencidos de que los recortes de plantilla no afectarían a la planta valenciana.

De hecho, Almussafes podría resultar beneficiada de la decisión anunciada ayer por Ford de 'concentrar al máximo la producción con el mínimo de gasto', algo que reclamó la semana pasada la sección sindical de UGT en Ford España, preocupada por la posible falta de carga de trabajo en la planta de Almussafes de cara al futuro.

Esta preocupación surgía de la decisión inicial que había tomado Ford Europa de fabricar el nuevo modelo de Focus en Genk -que fabrica el Mondeo- como planta principal. Para ello había programado una serie de inversiones, ya que la factoría belga ni producía este modelo ni trabajaba sobre este segmento, ya que el Focus se viene fabricando en Saarlouis (como planta de referencia) y Almussafes.

Modelo de éxito

Aunque la adjudicación definitiva del nuevo modelo del coche con más éxito de los que tiene actualmente la multinacional del óvalo no llegará hasta final de año, la teoría de lo anunciado ayer por el presidente de Ford Europa apunta a que las fábricas flexibles (y Almussafes lo es, porque fabrica hasta cuatro modelos distintos: Focus, Fiesta, Ka y Mazda 2) serán el objetivo del encargo, ya que la inversión que sería necesaria para la producción en estas factorías sería mucho menor que la prevista para una planta que tuviera que empezar de cero.

Las tres grandes de Detroit perderán 50.000 empleos

En EE UU, las tres grandes de Detroit (Daimlerchrysler, GM y Ford) acaban de cerrar sus convenios colectivos para los próximos años y bajo la presión de una competencia mayor por parte de las automovilísticas asiáticas, que continuamente ganan cuota de mercado, los sindicatos han hecho importantes concesiones para permitir el cierre de fábricas.En concreto, el contrato de Ford permite flexibilidad a la empresa para cerrar cuatro plantas y vender una quinta, además de reducir empleo en otras, algo que podría resultar en una pérdida de 5.000 puestos de trabajo. Por su parte, Daimlerchrysler estaría pensando en reducir otros 5.000 trabajadores, según el WSJ.Según algunos analistas, estos convenios colectivos habilitan a las tres grandes de Detroit a recortar un total de 50.000 empleos en EE UU en los próximos cuatro años.

Booth implanta la política de recortes de Mazda

El nuevo presidente de Ford Europa, Lewis Booth, hasta hace un mes máximo responsable de Mazda, del grupo Ford, logró en los 14 meses que estuvo en ese cargo ajustar las cuentas de la constructora japonesa, reduciendo un 20% la plantilla. David Thursfield, vicepresidente ejecutivo del grupo, le dijo entonces: 'Me sentiría muy decepcionado si no conseguimos volver a beneficios para el cuarto trimestre'. Ante este reto, Booth ha aplicado a Ford la receta de Mazda. Y es que hasta junio Ford Europa acumuló unas pérdidas de 472 millones de euros, el doble que en el primer trimestre, frente a los 18 millones del mismo periodo de 2002.Booth, nombrado en agosto, es el quinto presidente de Ford Europa desde 1998, lo que dice poco de la efectividad de las decisiones tomadas por sus antecesores. El episodio de retirar una inversión ya adjudicada internamente a la planta de Ford en Genk (Bélgica) es un ejemplo. A la planta belga le había quitado recientemente la producción del modelo Transit para llevarla a Turquía y la adjudicación del nuevo Focus parecía más una compensación que una verdadera estrategia empresarial.¿Por qué llevar la fabricación de un vehículo a una planta que requería una inversión totalmente nueva y no aprovechar al máximo la capacidad de las dos plantas que ya producían este modelo y que necesitarían modificaciones mucho menos costosas? Era la pregunta de los sindicatos de Almussafes. 'Así no lograrán rentabilidad', dijo Gonzalo Pino, de UGT.

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