El Ibex encadena siete caídas consecutivas por la debilidad del dólar
Los mercados quieren más, aunque la mayor parte de los participantes no sabe lo que quiere. De ahí la indefinición y los nervios a flor de piel. Por eso la atención está puesta en el movimiento de las divisas. El terremoto monetario de la semana pasada tuvo una réplica ayer, aunque de menor intensidad. Suficiente para provocar las caídas de las Bolsas. El volumen de negocio fue muy flojo, con apenas 1.000 millones intercambiados en el mercado continuo.
El yen marcó al cierre de las Bolsas europeas el mínimo de 3 años, a 110,85 unidades por dólar. El euro, vacilante en los 1,15 dólares durante la semana pasada, marcó ayer los 1,1586 dólares. Más tranquilo se mostraba en esos momentos el oro, al cotizar la onza troy a 381,95 dólares, frente a los 381,85 de cierre del viernes.
Reticencias de Japón
Los analistas advierten de las reticencias de Japón respecto a la decisión reciente del G-7
Ayer volvió a ser un día de volatilidad en los mercados de divisas. Los analistas advierten, de nuevo, de las reticencias de las autoridades económica japonesas a los movimientos de los mercados de divisas durante la semana pasada, en general, y del comunicado del G-7 pidiendo más flexibilidad, en particular.
'La recuperación económica en Japón es menor que en Estados Unidos', ha dicho el ministro de Economía japonés en clara alusión a la subida del yen frente al dólar. El ministro de Finanzas ha señalado, al mismo tiempo, que 'cuando la especulación y los movimientos irregulares dominan al mercado, es internacionalmente aceptado intervenir'. Según se comenta en el mercado, los operadores intentan forzar la intervención del Banco de Japón para echarle un pulso y jugarle a la contra; el Banco de Japón ha perdido la mano.
'Los inversores siguen cuestionándose cuál será la dirección a corto plazo de los mercados de divisas. En algunos casos, como es el del euro, la incapacidad para apreciarse más allá de 1,15 dólares. Además, las autoridades europeas se muestran ahora algo más escépticas sobre la posibilidad de nuevas subidas del euro. El último comentario en este sentido ha surgido de un miembro del BCE, Quaden: 'el euro ha recogido ya su cuota de impacto por la depreciación del dólar, correspondiendo el resto a las monedas asiáticas', dicen los expertos de Citigroup. En este escenario, el mercado de deuda sigue siendo el más favorecido por la reciente inestabilidad de las bolsas y divisas. El treasury estadounidense a 10 años se aproxima ya a niveles del 4,03%, más de medio punto por debajo de sus máximos de hace unas semanas. Además, la deuda de EE UU es la que más se ha revalorizado.
Durante la mayor parte del día, los analistas sopesaron, además, el impacto psicológico que a corto y medio plazo tendrá la caída bursátil de la semana pasada. La española cayó un 4,13%, en su peor ciclo desde principio de marzo; el Dow Jones bajó un 3,44%, la peor semana desde la de finales de marzo de este año; el S&P, un 3,81%, y el Nasdaq, un 5,96%, la peor semana en 17 meses.
Pérdidas superiores al 4% desde máximos
Las Bolsas comenzaron septiembre con mucha fuerza, tanta, que en los primeros días marcaban máximos anuales. En esta ocasión los índices europeos ganaron la partida a los estadounidenses, porque los niveles más altos se dieron antes en el Viejo Continente.A medida que ha pasado el mes, las evoluciones se han ido debilitando. El Ibex, que era el que mejor aguantaba, cae ya un 7,12% desde el máximo marcado el 9 de septiembre. El peor, el Dax, con un retroceso del 9,41%, mientras que el Cac, el Mib-30 y el Footsie han cedido un 6,83%, 4,53% y 4%.Los mercados estadounidenses registraron máximos semanas más tarde y caen poco más de un 3% en el caso del Nasdaq y S&P.Las ganancias anuales han mermado algo, pero todos los índices están en positivo, siendo los mejores en Europa el Dax (14,89%) y el Ibex (12,17%).Los datos económicos han sido mayoritariamente positivos, pero los mercados ya han descontado eso y se encuentran a la espera de más indicadores.Dicha espera ha estado acompañada por noticias negativas, como la debilidad del dólar y el recorte inesperado de la oferta del petróleo por parte de la OPEP. Esto ha provocado la salida de los inversores, que también se han dejado llevar por las advertencias de algunas firmas de inversión de que las Bolsas habían llegado precipitadamente a niveles muy altos.