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La eléctrica que cultiva naranjas

Cuando en 1928 la compañía eléctrica belga Electrabel, hoy Tractebel, decidió emprender su aventura en España ni por un momento se le pasó por la cabeza que tendría que acabar cultivando cítricos. Lo que en un principio iba a ser una actividad secundaria en sus planes para la España de la dictadura de Primo de Rivera acabó convirtiéndose durante décadas en la única. Pero muy rentable.

Los belgas vieron en el Turia una posibilidad de ampliar su negocio más allá de sus fronteras y crearon la empresa Regadíos y Energía deValencia (Reva) con la que compraron los derechos de explotación energética del río que desemboca en Valencia.

El objetivo era doble, construir hasta cinco embalses en el cauce del Turia que suministraran de electricidad a una zona por entonces muy deficitaria y aprovechar estos pantanos para crear un sistema de regadío que abasteciese zonas por entonces de secano o incluso utilizadas para la huerta.

Reva compró entonces 2.659 hectáreas de terreno en una zona de secano ahora cercana a Valencia con la intención de dedicarla al cultivo de regadío. Aunque el proyecto global de Reva tenía en un principio el beneplácito de las instituciones valencianas, se inició una fuerte campaña mediática en los diarios de la época que acabó por poner en contra a los agricultores de entonces que veían en la empresa belga a alguien que iba a sorber de sus escasos recursos hídricos.

Los retrasos y recursos judiciales (que llegaron a durar 20 años, cuando ya el propio Estado había construido algunas de las presas que ellos proponían) hicieron que Reva aprovechara ese tiempo para ir desarrollando mientras el negocio agrícola, aunque sin los recursos que había previsto, ya que buena parte de ellos se basaban en los pantanos que tenía que construir. Entonces empezó a perforar pozos y a regar con ellos sus nuevas explotaciones agrícolas, la que iba a ser su actividad. A pesar de que durante la Guerra Civil las propiedades de Reva fueron requisadas, tras el final del conflicto la empresa pudo recuperarlas gracias al trabajo del secretario de la empresa que tomó nota e hizo firmar recibos de todo lo incautado.

Pero las décadas avanzaban y con ellas la ciudad de Valencia y la industrialización, y los terrenos que compró en los albores del siglo XXse han convertido en puntos estratégicos para zonas industriales y logísticas, por su proximidad con los enlaces hacia Madrid y Barcelona y con la propia ciudad de Valencia y su puerto.

¢Valencia se nos ha echado literalmente encima¢, explica Luis Trujillo, secretario del consejo de Reva. ¢Reva ha demostrado que ha sabido adaptarse a los tiempos y ya hemos desarrollado cuatro polígonos industriales en Riba-roja de Turia en zonas que antes eran de cultivo, y ahora proyectamos un centro logístico en Chiva en un punto estratégico de comunicaciones para los alrededores¢, explica Trujillo, que insiste en el impulso que puede dar a esta localidad el proyecto.

En el futuro llegarán las viviendas, porque aún tienen suelo disponible para ir adaptándose a los tiempos. De la electricidad a los negocios inmobiliarios, pasando por las naranjas.

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