El socio polaco

Cuando apenas faltan siete meses para la ampliación efectiva de la UE, la estrategia del Gobierno español de ofrecer su experiencia y asesoramiento en la gestión de los fondos comunitarios a Polonia no es sólo un importante respaldo a las compañías constructoras españolas, sino que permite, además, disponer de un posible mecanismo de compensación para recuperar, vía contratos, fondos de Bruselas que inevitablemente va a perder España.

Desde su ingreso en la Unión, España ha sido el principal perceptor de los fondos europeos, puesto en el que desplazó a Italia. Y han constituido un factor esencial en el desarrollo económico. Parece lógico que ahora sean estos nuevos socios del Este, más necesitados, quienes reciban estas ayudas para impulsar la cohesión y corregir desequilibrios. Sin embargo, es también lícito aprovechar la experiencia adquirida para ganar posiciones y negocio en un mercado que, como el polaco, dispone de más de 38 millones de consumidores potenciales y que, en función de esa población, va a disponer de idéntico peso y poder de decisión política que España en las instituciones de la UE.