Los derivados, la mayor preocupación del sector financiero
Los instrumentos financieros complejos, particularmente los contratos de derivados, son la mayor preocupación de la industria financiera en estos momentos, según la encuesta 'piel de plátano' encargada por Pricewaterhousecoopers al Centro de estudios de Innovación Financera. En segundo lugar, dentro de los dolores de cabeza del sector se encuentra el riesgo crediticio, y en tercer lugar, la evolución macroeconómica. El gobierno empresarial, que el año pasado no aparecía entre las preocupaciones del sector, está en el puesto 8, y el fraude ha escalado del 18 al 11.
'La encuesta no sólo revela preocupación por la ebullición en el uso de los derivados de crédito para transferir riesgo, sino por el hecho de que nadie sabe realmente cuánto riesgo se está negociando de este modo o cómo va a terminar todo esto', señala el informe. 'La industria de los seguros sufrirá especialmente por las ligazones provocadas por los instrumentos financieros complejos', añade.
El año pasado el uso de instrumentos financieros ocupaba el cuarto lugar en las preocupaciones de la industria. Hace exactamente un año los mercados, aún aturdidos por la quiebra de Worldcom y la epidemia de enronitis, temían una crisis crediticia en la que los impagos provocasen contracción del crédito, lo que a su vez degenerase en nuevos impagos. Ello afectó especialmente a Bolsas como la alemana. Así, el riesgo crediticio ocupaba el primer lugar en las preocupaciones del sector financiero, mientras que los derivados estaban en cuarta posición.
Correlación directa
Los derivados se utilizan para que los inversores se cubran frente a riesgos de divisas o tipos de interés, pero también para especular. Los derivados que más preocupan son los de crédito, instrumentos mediante los cuales un banco paga a otro intermediario para que éste asuma el riesgo crediticio. Según la Asociación Internacional de Swaps y Derivados de Crédito, el mercado de derivados crediticios ha crecido un 25% en la primera mitad del año.
La agencia de calificación crediticia Fitch ha alertado sobre los problemas de transparencia provocados por estos derivados, puesto que implican riesgos crediticios que no figuran en el balance de las empresas afectadas. El inversor Warren Buffett fue más lejos al llamar a estos instrumentos 'armas de destrucción masiva'.
Dado que no se negocian en mercados organizados, los derivados de crédito son complicados de valorar. Las entidades los contabilizan a voluntad y el mercado no sabe realmente la exposición crediticia de éstas.