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Lealtad, 1

Cuando no valen las medias tintas

Son frecuentes los claroscuros en las tendencias de las Bolsas, porque nunca suben de manera acelerada, hasta el infinito y sin descanso, del mismo modo que tampoco se hunden en la ciénaga por los siglos. Altos y bajos, alzas y caídas se suceden. Lo interesante es no ir con el pie cambiado y buscar el momento óptimo para elegir comprar o vender.

Esta verdad de Perogrullo tan fácil de entender para propios y extraños se complica en la jerga de quienes se consideran iniciados y entendidos en la materia. A los claroscuros, es decir, a esa penumbra en la que la luz tiene la misma intensidad que la sombra, los denominan movimientos laterales de consolidación. Un palabro fuera de lugar, porque lo que sucede es que el mercado no sabe por dónde tirar y, por supuesto, tampoco quienes dicen saber la tendencia inmediata y las siguientes, que de todo abunda en la jungla de los mercados.

Es interesante, de este modo, el debate acalorado que mantienen ese puñado de valientes observadores y analistas que se caracterizan por tener un semblante frío y por no dejarse seducir por los cantos de sirena. A estos analistas, en fin, no les tiembla el pulso. Estudian desde el viernes, cuando venció el futuro de septiembre, la proyección a corto del mercado y concluyen que quizá no valgan medias tintas, ese movimiento lateral de consolidación que algunos pregonan.

El razonamiento es que los grandes fondos de alto riesgo, que son los que más mueven el mercado desde la guerra de Irak con elevados niveles de apalancamiento en derivados, pueden decidir ahora darle la vuelta a la tortilla del beneficio. O dicho de otro modo, que busquen una mayor profundidad en las caídas, porque con posiciones en futuros da lo mismo que las Bolsas suban o bajen para ganar dinero. Este supuesto se fundamenta en las fuertes resistencias que han mostrado al alza los principales índices bursátiles en las últimas semanas.

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