Vivir con cordura
España es el país europeo en el que menos se tarda en vender un piso: 33 días de media, mientras que en Alemania se superan los 150. Y eso, pese a que los precios llevan cuatro años con subidas superiores al 15%, un aumento que en la capital de España alcanzó un desmedido 30% el último año. De 'explosiva' llegan a calificar los promotores inmobiliarios la demanda, que desenvolviéndose en un mercado con monopolio del suelo -la gestión está en manos de las comunidades autónomas y los ayuntamientos por sentencia judicial-, genera un cóctel de precios, márgenes y endeudamiento vertiginoso. Es discutible si hay o no burbuja inmobiliaria. Pero millones de familias se han embarcado en hipotecas que superan su edad activa, cercenan las posibilidades de consumo futuro y pueden crear una riada de impagos simplemente con un aumento de los tipos de interés. Todos los mensajes orientados a bajar la temperatura a esa demanda extraordinariamente acelerada son pocos. Pero se precisan cambios normativos que inyecten cordura al mercado, y resten poder a quien administra el suelo con calculada escasez. Así tendrían los jueces también oportunidad de rectificar.