Por supuesto que hay que dar la cara
El pasado 19 de septiembre se publicó en la sección La opinión del experto un artículo titulado Hay que saber dar la cara, que firma Antonio Cancelo, ex presidente de la Mondragón Corporación, y en cuyo sumario, poco afortunado, se señala: 'critica, con ejemplos como el accidente de Repsol YPF o el escándalo de Eurobank, la actitud de los primeros ejecutivos que en momentos de crisis evitan dar explicaciones'.
Es lamentable que el autor del artículo muestre tan alto grado de desconocimiento de los hechos en lo que se refiere a Repsol YPF y al comportamiento de su alta dirección en el caso de Puertollano, ya que tanto su presidente ejecutivo, Alfonso Cortina, como el resto de los máximos responsables de la compañía, se implicaron activamente y desde el primer momento en la dirección de la 'crisis'.
El incendio en la refinería de Puertollano se produjo a las 8.30 h. del 14 de agosto, momento en el que se activaron los planes de emergencia interno y externo del complejo industrial. Los máximos directivos de Repsol YPF, informados de la gravedad del accidente, se desplazaron de inmediato al lugar de los hechos, de manera que en pocas horas cuatro de los siete miembros del comité ejecutivo, máximo órgano de gobierno de la compañía, con Alfonso Cortina a la cabeza, se encontraban ya en Puertollano responsabilizándose y asumiendo la dirección de la crisis. También estaban presentes, además de los máximos responsables de la refinería, otros altos directivos de la compañía, entre ellos yo mismo, como responsable de la dirección corporativa de relaciones externas.
Antes de las tres de la tarde del 14 de agosto se habían emitido tres comunicados de prensa informando del accidente, el primero de ellos en los instantes después del suceso. Paralelamente se había constituido un gabinete de información con tres sedes, Puertollano, Madrid y centros hospitalarios, y un comité de crisis que estaba en permanente contacto con el presidente ejecutivo hasta su llegada a la refinería.
En la misma tarde, el presidente ejecutivo de Repsol YPF y el entonces ministro de Trabajo y hoy además portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, atendieron a todas las preguntas que los medios quisieron plantearles en una rueda de prensa improvisada en la propia refinería.
Alfonso Cortina, quien mostró su apoyo a las víctimas y sus familiares, explicó personalmente a autoridades y sindicatos las circunstancias del accidente, y anunció la creación de una comisión de investigación para esclarecer sus causas, sobre las cuales no quiso pronunciarse antes de las conclusiones de la misma por responsabilidad y respeto a las tareas de investigación encomendadas a los especialistas. Como se ha dado a conocer públicamente, esta comisión presentó sus conclusiones finales el pasado 18 de septiembre, un mes después de ocurrido el accidente y tras un intenso y laborioso trabajo.
Al día siguiente de la explosión, una vez se hubo controlado el incendio, y horas antes de su completa extinción, el presidente de Repsol YPF ofreció, de nuevo en la refinería de Puertollano, una rueda de prensa para informar de la situación en ese momento y atender las preguntas de los medios sin límite de tiempo. Esta convocatoria, al igual que la anterior, fue ampliamente difundida por todos los medios, nacionales e internacionales. Adicionalmente, desde los servicios de relaciones externas de la compañía se atendieron más de 200 llamadas en demanda de información, se participó en programas de radio y televisión, tanto de ámbito local como nacional, y para entonces ya se habían distribuido cinco comunicados de prensa, a los que hay que añadir los partes hospitalarios que informaban de la evolución de los heridos. Probablemente, el señor Cancelo no tuvo acceso a los medios de comunicación durante esos días.
Para no abrumar más con la descripción de los hechos, me gustaría añadir como dato significativo la reunión que mantuvo el 18 de agosto el comité ejecutivo de la compañía en la que analizó en profundidad la situación provocada por el accidente, manifestó su apoyo a las víctimas y su deseo de colaborar con la comisión de investigación.
Otro aspecto que se menciona en el artículo de Antonio Cancelo es el relativo a la seguridad en el trabajo, que califica como 'asignatura pendiente' en la empresa española. Desde luego no ocurre así en el caso de Repsol YPF, la preocupación por la seguridad es consustancial al desarrollo de nuestros negocios y, concretamente en lo que a España y nuestras refinerías se refiere, se han destinado a seguridad activa y pasiva más de 360 millones de euros, cerca del 20% del total de inversiones realizadas durante los últimos 10 años. Las inversiones en seguridad destinadas al complejo de Puertollano en la última década superan los 140 millones de euros. Sus instalaciones originales han desaparecido por completo y han sido sustituidas en su totalidad por otras construidas en las diversas ampliaciones de capacidad, modificaciones e inversiones desarrolladas para responder a la demanda creciente de productos con nuevos estándares de calidad más exigentes. De manera que, pese a haber sido inaugurado en 1952, la antigüedad media ponderada del complejo es de 20 años, es decir como si hubiera sido construido en 1983.
Coincidimos con el señor Cancelo en que 'no hay imagen corporativa que se sostenga si cuando algo resulta mal el presidente no asume la tarea de explicar lo que ha ocurrido y sus responsabilidades'. Creo que el ejemplo de Puertollano ilustra que el presidente ejecutivo y los máximos responsables de Repsol YPF 'saben dar la cara' en momentos de crisis.