Costes peligrosos
El fuerte aumento de los costes laborales por hora trabajada en lo que va de año -un 3,7% en el primer semestre, que se ha disparado hasta el 5,1% en el segundo- ha encendido las alarmas en el Gobierno. En el Ejecutivo se interpreta como un abandono de la moderación salarial. Si el diagnóstico es correcto, resulta preocupante. El escaso acierto de las autoridades económicas a la hora de prever la inflación tiene mucho que ver con todo ello, por la extensión de las cláusulas de revisión en los convenios que ha generalizado.
Todo indica que los empresarios prefieren paz social a cambio de salarios. Es comprensible. Sobre todo porque intentos legislativos que fueron viajes a ningún sitio -imposición y retirada del decretazo incluidos- encresparon seriamente las relaciones laborales. El pacto para la negociación colectiva establecido por patronal y sindicatos para dejar las cosas como estaban se negociará de nuevo a finales de año y definirá la tendencia salarial. Hoy presenta desequilibrios, como que el coste laboral crezca con fuerza en la construcción, lo que tiene la lógica de la pujanza del sector, pero lo haga también en la industria, mucho más ralentizada.