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Petróleo

Cepsa gana otro contrato en Irak, pero no alcanza el nivel anterior a la guerra

Con un nuevo contrato de dos millones de barriles con Irak, Cepsa toma posiciones más significativas en ese país, que precisa de empresas extranjeras para desarrollar su industria extractiva. No obstante, la empresa no alcanza aún el nivel de compras de antes de la guerra.

Cepsa, la segunda petrolera española, ha suscrito un nuevo contrato con la empresa pública State Oil Marketing Organization (SOMO) de Irak para la compra de dos millones de barriles de petróleo. Este nuevo contrato, que se une a la adquisición de un millón de barriles el pasado junio, eleva a tres millones el volumen de crudo que la compañía se ha adjudicado en Irak desde que terminó la guerra.

Pero las condiciones de estos contratos son diferentes. En junio, el millón de barriles logrado por Cepsa fue a través de una adjudicación mediante subasta, en la que también salió beneficiado el grupo Repsol YPF. Ahora el nuevo contrato es consecuencia de la gestión directa de la compañía que preside Carlos Pérez de Bricio.

Tampoco se trata de idéntico tipo de petróleo ni éste sale de la misma terminal. Según fuentes de Cepsa, empresa participada al 43% de su capital por la francesa Total, el último crudo adquirido a Irak es de tipo Basra Light, frente al Kirkuk del anterior acuerdo, calidad que era más idónea para las instalaciones de la empresa española.

También era más ventajosa la ubicación geográfica de la salida del primer contrato posterior a la guerra. Cepsa y Repsol, así como la estadounidense Chevron, la italiana Eni y la turca Tupras lograron la adjudicación de crudo almacenado en la terminal del puerto turco de Ceyham por un total de 10 millones de barriles. La situación de ese puerto permitió su traslado por el Mediterráneo.

Pero la conflictiva posguerra está dificultando esa salida por el norte de Irak. El crudo ahora adquirido por Cepsa saldrá desde el puerto de Mina Bakr, en el golfo Pérsico, más al sur. Así, los fletes, que además se han disparado en el último año, serán más elevados. Si ese petróleo se destina a España los barcos tendrán que atravesar el canal de Suez o rodear África.

Pese a estas dificultades y a la reducida cantidad que supone los dos millones de barriles, Cepsa valora positivamente este contrato como un paso más cara a la diversificación de sus fuentes de suministro. Y lo que puede ser más importante en el futuro, la toma de posiciones en un país que tendrá que abrirse a las empresas extranjeras para mejorar su actividad de exploración y producción.

El volumen acordado tiene además más importancia dado que Irak no ha recuperado el nivel de producción de antes de la guerra (previsiblemente sólo alcance el millón de barriles diario). Antes, pese a que las ventas al exterior estaban restringidas al programa de Petróleo por Alimentos de la ONU, rondaba los tres millones. En este contexto las empresas españolas no han recuperado en ese país el nivel anterior de compras. Cepsa mantenía unas relaciones estables dentro del citado programa, que se concretaban en un cargamento de cerca de un millón de barriles cada 40 días.

Por su parte, Repsol negocia, asimismo, con la empresa iraquí responsable de las exportaciones un nuevo contrato de suministro de crudo, que no está cerrado.

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