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Agricultura

Una tercera parte de los ingresos de los agricultores procede de subvenciones

Los agricultores españoles han celebrado la ausencia de pactos en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio en Cancún porque constata la pervivencia de la organización agrícola europea.

De momento, la ronda no amenaza los subsidios a la agricultura europea y eso, en opinión de los líderes agrarios, es una buen noticia para la agricultura familiar. De hecho, tanto en explotaciones familiares y tradicionales como en industriales y tecnificadas el porcentaje medio que suponen las ayudas agrarias con respecto a la renta final de los agricultores no es baladí. Según la estimación de las macromagnitudes agrarias del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la partida correspondiente a subvenciones del total de ingresos obtenidos por los agricultores fue en 2002 de un 22,6%. Esto es, el campo español recibió de Bruselas en este periodo 4.898 millones de euros, mientras que la renta agraria fue de 21.642 millones de euros.

Sin embargo, la cifra no es absoluta. El nuevo sistema de cuentas económicas de la agricultura incluye solamente las transferencias percibidas en el capítulo denominado Feoga-Garantía y una parte del denominado Feoga-Orientación. Otras partidas que también conforman la renta, por ejemplo, transferencias a programas cofinanciados, el resto del Feoga-Orientación, etcétera, podrían elevar la cifra de las subvenciones a cerca de un tercio de la renta. De hecho, la Comisión Europea acaba de hacer públicas las transferencias a la agricultura española durante el año pasado y la cifra que ofrece, 5.960 millones de euros, es sensiblemente superior; muy cerca del 30% de la renta de 2002. Por otra parte, la Revista de Fuentes Estadísticas, calculaba ya en 1995, cuando las subvenciones al campo español eran más bajas, que éstas suponían el 30,9% de la renta agraria.

El tramo que aporta Bruselas a los ingresos obtenidos por el campo, puede ser incluso mayor si se analiza por subsectores. Así, según un estudio de UPA, los productores de aceite de oliva recibían casi tanto dinero de las subvenciones como de la venta de su producción, un 46,34%; los de cultivos herbáceos, un 39,47%; los de ovino y caprino, un 30,07%, y los de carne de vacuno, un 20,95%.

Los agricultores sostienen que si los precios en origen -que apenas han crecido en 20 años- distorsionan el mercado, deberíamos profundizar en la distribución, que eleva el precio de la alimentación, en ocasiones hasta un 500%.

Las ayudas son sistemáticas en los países ricos

Suiza es el país donde se percibe la ayuda por agricultor más alta, con 31.404 de euros al año; después está Noruega, con 31.252 euros; le siguen Japón, con 25.382 euros; EE UU, con 20.961 euros; la UE, con 16.159 euros; Chequia, con 3.811 euros; Australia, con 2.896 euros, y Nueva Zelanda, con 304 euros de media por agricultor, según un informe de la OCDE. La media del área OCDE es de 11.433 euros.Este fenómeno, y así lo reconoce la OCDE, ha sido criticado desde diferentes frentes porque además de suponer un enorme coste para los contribuyentes (el capítulo agrario absorbe la mitad de todo el presupuesto de la Unión Europea) provoca un efecto perverso en los precios de los alimentos; los eleva artificialmente al intervenir los mercados.

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