El G-7 sugiere a China y Japón que impulsen el valor de sus divisas
La exhortación a los países de Asia para que permitan a sus monedas flotar libremente, apreciarse, y así disminuir los desequilibrios económicos fue el aspecto más destacado de la reunión del G-7 celebrada el pasado fin de semana en Dubai.
Los expertos prevén una tendencia al alza del yen japonés aunque cualquier efecto podría después desvanecerse, no así el surgimiento de China en Dubai, sin grandes fanfarrias, como un socio con el que el G-7 deberá tener un diálogo directo.
Varios funcionarios asistentes a la cumbre comentaron que las conversaciones históricas con China, previas a la reunión del G-7, a nivel de viceministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales, probablemente se convertirán en algo común, reflejando la creciente influencia de una economía que es ya la sexta mayor del mundo.
Para el G-7, los tipos de cambio deben empezar a reflejar las condiciones económicas fundamentales. 'Continuamos vigilando los mercados de divisas y cooperamos apropiadamente', afirmó el G-7 en el comunicado conjunto. Los reunidos no especificaron si esta cooperación incluye intervenciones en el mercado de divisas, si bien el presidente del Banco Central Europeo, Willem Duisenberg, señaló que los bancos centrales pueden y están dispuestos a hacer todo lo que sea preciso para mantener los mercados en calma'.
A juicio del secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, el sistema mundial de comercio funciona mejor con un régimen cambiario basado en el mercado, en línea con la conclusión final del G-7.