Grasso convoca reuniones de urgencia para decidir el futuro de la Bolsa de Nueva York
Grasso ha rebajado su perfil informativo. El presidente de la Bolsa de Nueva York ya no atiende las peticiones de entrevista de algunos de los más importantes medios de comunicación de EE UU y la mayor parte de los consejeros del NYSE han dejado de hacer declaraciones.
Todo ello coincide con la lluvia de peticiones de dimisión hechas por los fondos de pensiones de California, Carolina del Norte, Iowa y Nueva York, importantes inversores en el mercado y con activos que suman 421.000 millones de dólares. A esta petición se suman las de otros miembros del mercado, la mayoría amparándose en el anonimato, puesto que Grasso sigue siendo el presidente, y otros como el presidente de los especialistas de Labranche.
'En el interés del NYSE pedimos la inmediata dimisión para ir hacia adelante y restaurar la confianza del inversor', decía ayer Michael Labranche, quien lleva semanas enfrentado al NYSE por una investigación interna. Ayer el que fuera presidente en el periodo 1972-1976, James Needdham, decía que a pesar de ser 'un buen amigo de Dick, creo que él y el consejo deben dimitir'.
Entre algunos miembros del consejo sin embargo están creciendo las divisiones, ya que muchos están expresando el malestar generado por la escasa y fragmentada información que se tiene sobre el sueldo de Grasso. Los pagos del presidente de la Bolsa los fija el comité de compensaciones y muchos de sus miembros están elegidos por el propio Grasso. Su presidente hasta hace apenas unas semanas era Kenneth Langone, presidente de Home Depot, de la que Grasso es consejero.
Madeleine Albright, ex secretaria de Estado con Bill Clinton y miembro del consejo desde hace unos meses, eludió el martes al presentar su libro de memorias pronunciarse directamente sobre el escándalo, pero señaló que le interesaba la mejora del gobierno de las empresas y 'ampliar las oportunidades a los pequeños inversores'.
De momento, el consejo tiene, desde ayer, marcado el día 24 en su agenda para una reunión en la que se examinarán aspectos del gobierno corporativo y 'asuntos de actualidad'. No se espera que Grasso presente su dimisión porque ya ha dicho que no se irá hasta que en 2007 venza su contrato y que de lo único que se arrepiente es de no haber cobrado antes los pagos diferidos que han sumado los 139,5 millones.
Antes que esa reunión, tendrá lugar hoy otro encuentro entre algunos directores enviados por el consejo con fuertes lazos con los especialistas del parqué. La cita tiene carácter de oficiosa, pero en ella se prevé que se trate del malestar creado por el incremento de las tasas que deben aportar. Uno de los directores, Robert Fagueson, admitía ayer a Reuters que esperaba que se expresara 'una buena dosis de frustración y enfado'. La estructura de toda la Bolsa se está movilizando para no sólo tramitar la posible petición de dimisión del presidente, sino también para conseguir mas poder en el consejo.
Pérdida de poder regulatorio del mercado neoyorquino
En la Bolsa se respiran aires de cambio. Algunos miembros del parqué creen que se debe avanzar más en la transparencia de un órgano que tiene poder regulatorio. Para ello algunos proponen que se disminuya el papel de Grasso a la hora de elegir directores o que la propia Bolsa salga a cotizar al mercado, algo que ya estudió Grasso en 1999 para desestimarlo después. Y es que si el NYSE cotizase perdería su carácter de regulador, algo que puede pasar si la SEC lo ve necesario, como reacción a las preocupaciones de su presidente, William Donaldson, según aseguran a Bloomberg abogados especializados.
Donaldson, 'preocupado por el buen gobierno'
El presidente de la SEC respondió ayer a las preguntas de la Cámara de Representantes del Congreso de EE UU sobre los pagos del presidente de la Bolsa neoyorquina, pero la mayor parte del tiempo se refirió al 'gobierno corporativo'. De hecho, dijo a los legisladores que los documentos enviados desde la Bolsa le hacen estar más preocupado y tener más dudas sobre la gestión de gobierno del NYSE. Desde el Congreso y en particular desde las filas demócratas, los candidatos Joe Liberman y John Edwards han pedido la dimisión de Grasso, aunque hasta ahora Washington ha estado alejado de la polémica.
Un ingreso de 139,5 millones de dólares
Dick Grasso llegó a la presidencia del NYSE en 1995. Desde entonces su sueldo se ha multiplicado, aunque la información no fue pública hasta finales de agosto con la renovación de su contrato. En 2001 Grasso cobró 30,6 millones, cinco de ellos fueron un bonus por su trabajo tras el 11-S. Además de su sueldo, a principios de septiembre se han ingresado en su cuenta 139,5 millones por compensaciones atrasadas de todo tipo. A preguntas del 'atónito' presidente de la SEC, William Donaldson, se descubrió que ha renunciado a 48 millones más. Grasso cobra más que muchos presidentes de firmas de Wall Street.