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Indignación de los accionistas

Críticas a la política retributiva en Ahold fuerzan una dimisión y concesiones del presidente

El presidente del consejo de vigilancia de Ahold, Henny de Ruiter, dimitirá en la próxima junta general de accionistas de octubre, después de ser muy criticado por la elevada remuneración concedida al nuevo presidente, el sueco Anders Moberg, según ha confirmado hoy el grupo holandés de distribución, inmerso en un escándalo contable. Moberg fue contratado con un salario que, incluidas bonificaciones, asciende a cerca de 10 millones anuales.

De Rutier, de 69 años y uno de los directivos más respetados de Holanda, será reemplazado por el antiguo presidente de Heineken, Karel Vuursteen. Con esta dimisión, ya son cinco los altos cargos del grupo holandés que dejan su puesto tras el escándalo que salpicó a Ahold en febrero.

La dimisión se hará efectiva en octubre, tal y como aseguró la prensa local en los últimos días, cuando la compañía presente las cuentas auditadas de 2002, que todavía no han sido publicadas, tras las irregularidades contables encontradas en su filial estadounidense US Foodservice.

Moberg se hace cargo

El anuncio de esta dimisión coincide con las declaraciones de Moberg, que ha renunciado a todos los elementos garantizados de extras y de indemnización de despido, después de la indignación que supuso para los accionistas conocer sus remuneraciones en la última junta general.

"Estoy preocupado por el debate reciente existente en Holanda por mi remuneración. Comprendo que en esta situación mis indemnizaciones previstas de despido, así como mis garantías de extras sean consideradas inaceptables", señaló el sueco Moberg en un comunicado.

El nuevo presidente, que comenzó a ejercer sus funciones en mayo, debía cobrar un salario anual de 1,5 millones de euros, más un suplemento de hasta dos veces y media el salario anual, más un millón de stock options y 250.000 acciones.

Durante los dos primeros años, Moberg iba a recibir un plus mínimo de 1,5 millones, independientemente de sus prestaciones. En caso de despido, recibiría dos veces su salario anual fijo, más dos veces su suplemento medio de los dos últimos años.

El anuncio de estas remuneraciones, en un ambiente marcado por la recesión y la contracción de los costes salariales, provocó duras críticas en Holanda.

Las elevadas irregularidades contables y fraudes del grupo holandés, valorados en total en 970 millones de euros, han costado ya el puesto al antiguo presidente Cees van der Hoeven, a su director financiero, Michel Meurs, al presidente de su filial US Foodservice, así como el máximo responsable de su división estadounidense Topmarkets.

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