Ericsson advierte que el 'no' sueco al euro tendrá efectos a largo plazo
La abrumadora victoria del no al euro, 56,1% de los votos frente al 41,8% a favor de la moneda única, supone un jarro de agua fría para las expectativas del orbe político y empresarial de Suecia. 'El resultado no traerá consecuencias a corto plazo', valoró ayer Svanberg, 'pero el crecimiento de Suecia se verá afectado con el tiempo por la pérdida de capacidad para atraer inversiones', añadió.
El portavoz de Ericsson, Peter Olofsson, reconoció que el resultado 'es una mala noticia', pero rechazó las especulaciones sobre las supuestas amenazas del consejero delegado de trasladar la compañía si perdía el euro. 'Eso fue un malentendido', apuntó Olofsson.
Pero frente a las amenazas del futuro, los suecos han preferido el bienestar del presente. 'El argumento de que el euro abarataría el endeudamiento, eliminaría el seguro de cambio para los exportadores, evitaría un descenso potencial de la inversión extranjera y preservaría la influencia de Estocolmo en Bruselas no han sido escuchados', resumía ayer un informe de Scotiabank.
'La negativa suscita algunas cuestiones sobre las políticas económicas a largo plazo en la UE (...), especialmente respecto al Pacto de Estabilidad', explica el banco Goldman Sachs.
Las cuentas públicas de Suecia han registrado cinco años consecutivos de superávit, se espera que el PIB crezca este año un 1,4%, el triple que la eurozona. La corona perdió ayer un 0,5% de su valor frente al euro y cotizó en el entorno de las 9,15 unidades.
El primer ministro descarta dimitir Londres seguirá adelante con el plan de adhesión Dinamarca planteará el referéndum
La victoria del no supuso un varapalo para el primer ministro, Goran Persson, pero el dirigente descartó ayer la dimisión. En algunos círculos políticos, no obstante, se especula ya con el adelanto de las elecciones generales. Persson culpó del fracaso al mal momento económico de la eurozona y llamó 'malos perdedores' a la oposición partidaria del sí, por dejar toda la responsabilidad en manos del Gobierno.Londres señaló ayer que el rechazo sueco al euro no alterará los planes del Ejecutivo de convocar un referéndum sobre la moneda única en cuanto se den las 'condiciones económicas adecuadas'. El ministro de Economía, Gordon Brown, presentará en los próximos meses el borrador del proyecto de ley para la consulta, pero no será hasta 2004 cuando se hagan las valoraciones sobre las circunstancias económicas.Dinamarca se apresuró ayer a asegurar que el fracaso de la moneda única en Suecia no ha hecho mella en la intención del Ejecutivo de someter la adopción del euro a las urnas. 'No quiero juzgar el resultado de Suecia, pero ese rechazo no tiene nada que ver con nuestra actitud hacia la moneda única', señaló el primer ministro, Anders Rasmussen. Los daneses ya dijeron que no en el referéndum de hace tres años.