Un proceso de concentración acelerado
La caída de precios que vive el aluminio en los mercados de metales desde comienzos del años 2000 ha provocado un proceso acelerado de concentración de las industrias del sector con el fin de ajustar lo más posible los costes.
La oferta mejorada de Alcan sobre Pechiney, que crea el líder mundial del sector por volumen de ventas, es por tanto el último capítulo en una historia repleta de operaciones similares.
Norsk Hydro, el gigante noruego, invirtió 3.100 millones el año pasado para hacerse con VAW, la filial de aluminio del gigante alemán de la energía Eon.
Un año antes, Alcoa, el hasta ahora número uno del mundo, desembolsó 5.800 millones de dólares en la compra de su rival Reynolds. Por su parte, el grupo minero metalúrgico Rio Tinto Group, también en 2001, destinó 850 millones de dólares en adquirir las acciones que no controlaba en Comalco.
Previamente a esta oleada de concentraciones, a finales de los noventa, Alcoa había tomado posiciones en Europa mediante la compra de la italiana Alumix y más tarde del grupo público español Inespal.
Ahora, la oferta de Alcan sobre su rival francés está en manos de las autoridades de la Competencia. Los analistas destacan que anteriormente Bruselas rechazó un intento de fusión entre la propia Alcan, Pechiney y la suiza Algroup por razones de competencia. Tras esta negativa, Alcan decidió adquirir Algroup.
'Lo que nadie sabe en realidad es si la UE estará de acuerdo en sancionar la operación o no', afirma un analista con sede en Londres citado por Reuters.
Ahora Alcan puede que tenga que vender su parte en dos fábricas conjuntas con Norsk Hydro para la producción de bobinas. La negativa a hacerlo en su día provocó el no de Bruselas a la fusión a tres bandas antes citada.