La cuestión agrícola estanca la Cumbre de Cancún
Después de casi tres días de negociaciones las ayudas agrícolas mantienen la Cumbre de Cancún en suspenso. Las conversaciones se encresparon el jueves por la noche (hora mexicana) para no aportar ningún avance en la reunión que mantienen los delegados de los 146 países de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el balneario mexicano.
'Caracterizaría la discusión como una en la que realmente no hay alteraciones, movimiento o cambios de ningún tipo', reconoció el portavoz de la OMC, Keith Rockwell.
La posición de los dos grandes bloques permanece firme. Por un lado, EE UU y la UE defienden las ayudas que conceden a sus agricultores y ofrecen un recorte de los subsidios que no convence a los principales países exportadores y a los países en desarrollo.
Por otro, estos últimos, reunidos en el G-21, mantienen su postura de exigir una reducción más drástica y la total eliminación de los subsidios a la exportación. A ellos se sumó ayer Turquía, por lo que el grupo ya ha pasado a ser el G-22, liderado por Brasil, India y China.
'Cuando llegamos a la negociación de lo que estaban preparados a ofrecer, no vimos ninguna respuesta sustancial', dijo Allen Johnson, el principal negociador de agricultura de EE UU. El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, se pronunció en el mismo sentido. 'Hemos mostrado, mostramos y mostraremos flexibilidad durante el proceso, pero déjenme decir que sin flexibilidad y un esfuerzo de la otra parte estas conversaciones serán muy, muy difíciles', advirtió.
Nuevo borrador
En el otro lado, los reproches por la falta de avance eran similares. 'Los que subsidian deben hacer un esfuerzo mayor en el campo de juego', señaló el delegado argentino, Martín Redrado.
El ministro singapurense de Comercio, George Yeo, debía presentar anoche un borrador para lograr un avance en las negociaciones agrícolas sin el que la cumbre, que termina el domingo, fracasará. El embajador de México, Eduardo Pérez Mota, rechazó que sea 'una discusión norte-sur', y explicó que lo que une al G-21 es el cumplimiento de la Declaración de Doha, que contempla la reducción de las ayudas de los países ricos para favorecer el comercio de los pobres.