La Cumbre de Cancún arranca sin perspectivas de acuerdo
La Organización Mundial del Comercio (OMC) llega a la Cumbre de Cancún (México) con las tareas más importantes por hacer y sin expectativas de lograr avances importantes. Sobre la mesa, la sempiterna reivindicación de los países más pobres a las naciones desarrolladas para que reduzcan los subsidios a la producción y exportación agrícola y faciliten el acceso a sus mercados. Los países más avanzados invierten anualmente unos 300.000 millones de dólares en ayudas a los agricultores.
Las principales organizaciones europeas del sector reclamaron ayer a la UE que defienda un 'comercio leal' que respete las prioridades de los Quince, frente a la liberalización. Sobre el acceso de los países en desarrollo a los mercados europeos, los sindicatos insistieron en que es 'crucial' que se mantenga la noción de preferencia comunitaria.
El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, advirtió ayer de que un fracaso en esta cumbre tendría 'un coste enorme' para las economías más débiles. El tailandés recordó por enésima vez que 'una conclusión exitosa de la ronda de liberalización comercial aprobada en Doha es clave para revitalizar la economía global'.
El calendario aprobado en Qatar culmina a finales de 2004. El estancamiento de las negociaciones agrarias no invita al optimismo.
Contrapropuesta
La UE y EE UU presentaron en julio un plan conjunto para limitar el gasto en subsidios agrícolas y reducir los aranceles. Sin embargo, la oferta levantó suspicacias entre los países en desarrollo. Aglutinados en el Grupo de los Veinte, un conjunto de naciones lideradas por Brasil y China, lanzaron una contrapropuesta que exige la eliminación total de las ayudas y una recorte arancelario de envergadura.
Supachai ve aspectos positivos en estas divergencias. 'Es una prueba de que los países han entablado ya en serio la negociación'. Según el responsable de la OMC, no hay duda de que los miembros de la organización llegan a Cancún 'dispuestos a modificar sus posiciones'.