El desempleo merma la confianza de los consumidores de EE UU

El índice que mide la confianza, según los parámetros de la Universidad de Michigan, cayó de 89,3 en agosto a 88,2. Es el tercer retroceso en cuatro meses y ayuda a crear una tendencia a la baja después de los máximos alcanzados una vez se dio por finalizada oficialmente la campaña bélica contra Irak. La mayor parte de los economistas habían previsto una lectura de este índice que rondara 90,2.

El problema es que la economía crece no sólo sin crear empleo, sino que lo destruye como ya han observado con preocupación algunos de los miembros del Gobierno y la Reserva Federal. El mes pasado se destruyeron 93.000 puestos de trabajo y más allá de una tasa de paro del 6,1% cada vez más trabajadores se descuelgan de la búsqueda de empleo por la dificultad de obtenerlo.

Adicionalmente los precios de la gasolina están poniendo mucha presión en un país muy dependiente del automóvil. Los consumidores temen estos precios en el futuro, especialmente porque aún no es temporada alta en el uso de los carburantes, que experimentan un aumento de la demanda en invierno. Todo ello unido a un peso cada vez mayor de la deuda en los hogares, se une para dar un cuadro actual de la confianza con clara tendencia a la erosión.

El informe de Michigan muestra que cuando se analizan las condiciones actuales la confianza cae de 99,7 en agosto a 98,8. Y se pierde el tradicional optimismo que otras encuestas de este tipo suelen registrar en cuanto a las expectativas de futuro, ya que el índice sobre la percepción del año que viene y los cinco siguientes cayó de 82,5 a 81,3.

Esas sensaciones se han trasladado a los bolsillos. El Departamento de Comercio hizo ayer público que las ventas al por menor sólo crecieron un 0,6% en agosto a pesar de que en julio empezaron a llegar los cheques de ayuda familiar del Gobierno previstos en los recortes fiscales de 2003 diseñados por la Casa Blanca. No todas las familias ni las menos favorecidas tenían derecho a ellos.

La cifra de ventas fue otra decepción, porque fue más baja de lo esperado (de hecho se esperaba algo más del doble) y además se revisó a la baja la de julio, que quedó en un 1,3%.

Precios

En este panorama, los precios siguen a la baja. El Departamento de Trabajo hizo público el índice de precios pagados a los productores, que en agosto creció un 0,4%. Las presiones inflacionistas desaparecen una vez que se analiza el dato subyacente (al eliminar los precios volátiles de la alimentación y la energía); queda en el 0,1%.

El Comité abierto de la Reserva Federal se reúne el martes y el jueves que viene y estos datos conocidos ayer serán analizados por sus miembros. De todas maneras no se espera a estas alturas que los tipos se muevan en muchos meses.

A pesar de todo, la mayor parte de los economistas aseguran que la economía sigue creciendo a un ritmo aceptable y de hecho el consenso de los analistas fija un crecimiento en el presente trimestre del 4,5% o 4,7%, uno de los mayores registrados desde que oficialmente se salió de la recesión de 2001. El mes pasado la mayoría situaba el crecimiento en el 3,6%. Para el último trimestre se espera que la economía crezca un 4% gracias al consumo y la esperada activación de la inversión empresarial.

Bush pierde apoyo popular

Los americanos empiezan a reflejar en las encuestas políticas su desilusión por la economía y la marcha de los acontecimientos en Irak. Los ratios de aprobación del presidente George Bush siguen desgastando la excepcional popularidad que recibió y mantuvo tras la declaración de guerra contra el terrorismo hace dos años.Según una encuesta conocida ayer de USA Today/CNN y Gallup, el 52% aprueba la gestión de Bush frente al 59% que le apoyaba a finales de agosto. En abril el apoyo era del 71%.En términos generales el 40% de los ciudadanos aseguran que la actual situación de EE UU les satisface, cuando la última vez que se les consultó este porcentaje era del 46%. El 53% muestra su preocupación por la gestión económica mientras se sigue destruyendo empleo. En la encuesta se refleja que de tener lugar hoy las elecciones éstas serían muy disputadas, a pesar de que los demócratas aún no han decidido entre sus nueve candidatos.