Todo lo que se necesita saber sobre el BCE
Hubo una época, no hace mucho tiempo, en que la mayoría de los economistas coincidían en que los bancos centrales, a diferencia de otros organismos públicos, eran más efectivos cuanto más se alejaran de la luz pública (...).
Anotamos el pedigrí de esta vieja teoría para explicar, que no disculpar, el aparente apego de Jean-Claude Trichet a esa noción del secretismo en los bancos centrales, justo en los momentos en que se dispone a asumir la presidencia del Banco Central Europeo. (...)
Jean-Claude Trichet ha escrito que sería 'inapropiado' publicar las actas de las reuniones del Banco Central Europeo y que la declaración que el presidente lee ante los periodistas tras la reunión mensual sobre los tipos de interés proporciona 'toda la información' que el público 'necesita entender' (...).
Las actas de los bancos centrales dicen a los mercados en cada momento cómo piensan y de qué discuten los banqueros centrales. Estas actas también ayudan a hacer la política del Banco Central más predecible (...).
Todo esto reduce la incertidumbre, odiada por los mercados, y la volatilidad, que es mala para los negocios (...). El argumento en contra de publicar las actas es que, de este modo, se permiten deliberaciones más francas y los miembros que forman parte del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se sienten más libres para intercambiar sus opiniones.
Quizá sea así, pero eso no contrarresta las ventajas de la transparencia. Un organismo público, compuesto por funcionarios no electos, tiene una barrera de credibilidad que superar (...).