El auditor cuestiona la viabilidad de Telefónica de Argentina
Hasta que Telefónica acudió a la privatización de la brasileña Telebras y aun algún tiempo después, mientras ponía orden y desplegaba la red, la filial de Argentina fue la joya de la corona entre las posesiones de ultramar. Todavía a cierre de 2000, cuando Brasil ya comenzaba a comportarse como el motor de los resultados del grupo, Telefónica de Argentina se resistía a perder posiciones. Ese año aportó el 13,7% de la facturación total y sus beneficios ascendieron a 289 millones.
La profunda crisis que vive Argentina ha convertido a la filial en un pálido reflejo de lo que fue. Su aportación a los ingresos de 2002 no llegó ni al 4% y al resultado consolidado sólo trajo más pérdidas, 1.282 millones.
Pero la crisis ha ido más allá y lo que está en duda ahora es algo más que las aportaciones de Telefónica de Argentina. Lo que está en cuestión en estos momentos es su viabilidad.
La compañía reconoce un agujero de 760 millones de dólares y admite dificultades de financiación
Al menos así lo asegura el auditor en el último informe que ha emitido sobre los resultados y el balance de la compañía a 30 de junio y que ha sido remitido a la Comisión de la Bolsa de Estados Unidos. Deloitte no deja lugar a dudas: 'Los estados contables (...) han sido preparados asumiendo que la sociedad continuará como una empresa en funcionamiento. La situación descrita (...) genera dudas sustanciales sobre la capacidad de la compañía de continuar como una empresa en marcha'.
No es la primera vez que los auditores ponen en duda la solvencia de Telefónica de Argentina, aunque su juicio es cada vez más contundente. En 2002 fue Andersen la que alertó sobre los estados financieros del ejercicio anterior y puso de manifiesto la incapacidad de Telefónica de Argentina para hacer frente a los vencimientos de su deuda. Efectivamente, los vencimientos de esa deuda llegaron y Telefónica tuvo que lanzar un canje de deuda para posponer el plazo de pago por falta de efectivo.
Recién comenzado 2003, el informe de auditoría de Deloitte relativo a las cuentas de Telefónica de Argentina de 2002 no sólo cuestionaba la solvencia; la viabilidad también estaba en entredicho. Pocos meses después y tras un nuevo canje de deuda, esta vez de más de 800 millones de euros, la opinión se mantiene y se endurece.
La principal fuente de preocupación del auditor es la financiación de la filial de Telefónica y de su análisis se desprenden pocas alegrías. 'A 30 de junio de 2003, los activos corrientes consolidados en moneda extranjera son inferiores a los pasivos corrientes consolidados en moneda extranjera', señala Deloitte. Y la compañía lo reconoce. El agujero es de 760 millones de dólares -174 millones menos si se tiene en cuenta el último canje de deuda realizado este mismo agosto- que se intentará compensar con los fondos procedentes de las operaciones y 'si es posible', con préstamos bancarios y financiación externa. En caso contrario, volverán a aplazar el pago de la deuda.
Dudas sobre el futuro
Pero conseguir financiación externa en las actuales condiciones económicas de Argentina no es tan fácil. Hoy por hoy, 'los créditos de terceros no permiten a la compañía, junto con los fondos internos, hacer frente a las actuales obligaciones de deuda. Además, no es posible determinar si esta situación va a evolucionar favorablemente a corto plazo', explica la operadora argentina.
Una salida directa de esta crisis sería la ayuda de su matriz, con una inyección directa de fondos, pero la filial especifica que Telefónica todavía no ha decidido cuál será su actitud. Fuentes de la operadora en España aseguran que se mantiene la apuesta por Argentina, aunque también es cierto que sus ejecutivos han afirmado en varias ocasiones que no se elevará la exposición al país.
Luz al final del túnel
Si la devaluación del peso argentino y las medidas de urgencia que se implantaron en el país para contener la sangría fueron las causas de la crisis de Telefónica de Argentina, la vuelta a la normalidad, con la subida de tarifas y el restablecimiento de las condiciones firmadas en los contratos de privatización, puede ser su salvación.El auditor de Telefónica de Argentina se cuida mucho de hacer previsiones sobre las negociaciones que están encima de la mesa para restablecer el equilibrio, pero sí dice que de ellas dependerá que lleguen a buen puerto determinados presupuestos financieros que hace la compañía. Un ejemplo de ello es la valoración de los activos fijos y los créditos fiscales. Telefónica de Argentina los cifra en unos 2.480 millones de euros y Deloitte se lava las manos. La posibilidad de recuperar esta cuantía dependerá, explica, del futuro esquema de tarifas y del nivel de ingresos que de ellas se deduzca.En este escenario casi agónico, la autorización que dio la semana pasada el Senado al Gobierno para subir las tarifas públicas es todo un balón de oxígeno, y es la señal que las empresas españolas radicadas en Argentina estaban esperando. Todo apunta, sin embargo, a que los precios de las telecomunicaciones no subirán en la primera ronda y tendrán que esperar a la segunda.