Los accidentes y las normas
Los accidentes laborales no son una maldición divina que hay que sufrir estoicamente. Para evitarlos están las medidas de seguridad que reclaman las leyes de prevención de riesgos, que en España son similares a las del resto de la Unión Europea. Sin embargo los datos de siniestralidad laboral española inducen a pensar que son poco más que papel mojado. Desde 1996 los accidentes de trabajo se han incrementado un 100%. Algo falla.
El accidente en la refinería de Repsol YPF en Puertollano, por sus tristes consecuencias, por su impacto social y porque afecta a la primera empresa industrial del país, ha hecho reflexionar a muchos. Los partidos políticos se han apresurado a proponer nuevas leyes de protección laboral, y los sindicatos, a condenar las subcontratas. Pero los expertos aseguran que no son necesarias nuevas normas. Lo que hace falta es que se cumplan las que ya existen y que los encargados de hacerlas cumplir sean conscientes de la importancia de su labor. Quienes más cerca se encuentran de perseguir las ilegalidades (jueces y fiscales, especialmente) reconocen su incapacidad para llegar al fondo de asuntos como éste. Las dudas que suscita esta situación son preocupantes. ¿Por qué no funcionan las inspecciones de trabajo? ¿Por qué los delegados de prevención de riesgos laborales no son capaces de evitar más muertes? Las empresas contratistas deben recordar su responsabilidad en los accidentes de las subcontratadas y esforzarse en evitarlos. Y los políticos deberían preocuparse más por resolver esta lacra y evitar la demagogia.