Fiat cierra una ampliación de 1.836 millones, clave para su reflotamiento
El grupo italiano de automoción Fiat cerró ayer una ampliación de capital por valor de 1.836 millones de euros (2.074,6 millones de dólares). æpermil;sta es una medida más para salvar al grupo que controla la familia Agnelli, que está viviendo la peor crisis de su historia.
Este movimiento forma parte del último plan de reestructuración de la compañía, presentado a finales del pasado mes de junio por su consejero delegado, Giuseppe Morchio. La acción llevada a cabo permitirá acometer nuevos proyectos y otros planes de saneamiento, teniendo siempre como objetivo volver a obtener beneficios en el año 2006 y terminar 2003 sin pérdidas en el sector de ventas de turismos.
La directiva del grupo señaló ayer en un comunicado que los más de 367 millones de acciones ordinarias de la compañía fueron suscritas íntegramente. No fue necesaria la intervención de los bancos acreedores que, por otro lado, recibieron el nuevo plan de ajuste con escepticismo. El control del grupo de Turín seguirá en manos de la familia Agnelli. La firma IFIL, en su poder, mantendrá el 30% del capital, pues suscribió más de 108 millones de acciones.
El último plan de reestructuración fue presentado por el consejo de administración el pasado 26 de junio. Otra de las medidas contempladas, además de la que se cerró ayer, es la supresión de 12.300 empleos (el 6,6% de la plantilla mundial del grupo) en 12 de sus fábricas (2.800 en plantas italianas y 9.500 en plantas españolas, francesas y estadounidenses). La medida fue acogida favorablemente por la patronal italiana y el Gobierno de Berlusconi. También prevé la reducción de costes por 3.100 millones de euros y la inversión de 19.500 millones de euros en diferentes áreas del grupo que preside Umberto Agnelli.
Los resultados de la compañía fueron en el primer semestre aún peores que los de igual periodo de 2002. La facturación cayó un 14% en relación con la primera mitad del año anterior, hasta alcanzar la cifra de 24.774 millones de euros, y las pérdidas aumentaron un 26%, situándose en 708 millones de euros. La crisis generalizada del sector contribuyó a la situación. Los beneficios de las ocho principales automovilísticas occidentales cayeron un 18% de media.