Microsoft, bajo el fuego
Diez meses después que EE UU haya completado su larga investigación antimonopolística de una década en Microsoft, la UE aún no ha arrojado la toalla. Y está lejos de hacerlo. El ultimátum lanzado por Mario Monti comisario europeo de Competencia la pasada semana mostró una renovada determinación para producir cambios adicionales en las prácticas del negocio de la compañía (...).
A partir de cierto punto, la estandarización puede sofocar la innovación. Es el riesgo cada vez que Microsoft utiliza Windows para crecer en una área nueva de software. Su victoria en las guerras de navegadores que incitó a EE UU a la prueba antimonopolista y su poder creciente sobre el software para vídeo o música en Internet deben menos a la tecnología superior que al poder de la distribución de Windows (...).
EE UU ha forzado ya a Microsoft a publicar información sobre su tecnología y dar permiso a acceder a más. Bruselas quiere más, para permitir a otros fabricantes de software que puedan enlazar mejor con los PC que usan Windows.
Monti dice tener evidencias nuevas que hacen esto necesario, aunque no ha publicado detalles. Sin embargo (...) ha ofrecido a Microsoft una última oportunidad. Tal cuidado es de sabios, dados los riesgos de la disputa transatlántica cargada de connotaciones políticas y porque la Comisión ha sufrido serios reveses del Tribunal europeo en recientes casos de fusión.
Además de tener argumentos robustos, Monti ha de actuar correctamente. Pero si Microsoft falla en responder adecuada y rápidamente, Monti debe estar listo para ser duro. Después de años de investigación en ambos lados del Atlántico, se necesita urgentemente una resolución final.