Cinco personas mueren asfixiadas por un incendio en Barcelona
El desastre natural de los incendios que azotan este año la península Ibérica llegó ayer a su máximo exponente al cobrarse la vida de cinco personas. Las víctimas murieron asfixiadas por el humo al intentar huir del fuego iniciado en Sant Llorenç Savall (Barcelona), que arrasó 1.300 hectáreas de bosque. En las provincias de Burgos y Ávila se mantenían incendios activos, mientras que en Extremadura, donde las pérdidas para el campo se elevan a 27 millones de euros, permanece la alerta. El consumo de electricidad se ha disparado por las altas temperaturas, lo que ha llevado el precio a máximos del año. El calor se ha cobrado ya la vida de 30 personas en España. Cinco personas murieron ayer asfixiadas al intentar huir de un incendio en Sant Llorenç Savall (Barcelona). El fuego, que arrasó más de 1.300 hectáreas, no había sido controlado por la tarde. A él se sumó otro incendio en esta provincia, en el término municipal de Gallifa, que pudo haber sido provocado. Además continuaba activo el incendio que afecta a Tartalés de los Montes (Burgos) y el de La Nava del Barco (Ávila). En Extremadura se mantiene la alerta.
Según las primeras hipótesis las cinco víctimas (un matrimonio, sus dos hijos y una quinta persona), salieron de su casa huyendo del incendio forestal de los alrededores y murieron asfixiados por el humo. Así lo explicó ayer el conseller en cap, Artur Mas, en rueda de prensa. Sus cuerpos se encontraron a 100 metros de la casa, conocida como Cabana d'en Felip, que quedó intacta.
Son las primeras víctimas que mueren por los efectos directos de los incendios que, favorecidos por las altas temperaturas han asolado ya más de 30.000 hectáreas de bosque en el país. Según Protección Civil, un miembro de los servicios de extinción en Ciudad Real murió de un infarto y una mujer falleció en un accidente de un camión cuando iba a sofocar las llamas en Cebreros (Ávila).
En las tareas de extinción de la localidad barcelonesa de Sant Llorenç Savall trabajaban ayer 93 vehículos terrestres y 13 medios aéreos (dos helicópteros de mando, seis bombarderos, tres aviones de vigilancia y ataque y dos hidroaviones). Las 500 personas que fueron desalojadas de sus casas en una urbanización cercana regresaron ya a sus domicilios.
Las llamas pudieron iniciarse en un camino vecinal de Vall de Horta, del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i L'Obac, aunque estaba cerrado al público por el alto riesgo de incendio.
El otro foco descubierto había quemado 30 hectáreas del bosque de Gallifa y todo apunta a que fue provocado.
En la localidad abulense de La Nava del Barco, el fuego estaba ayer bajo control, tras haber arrasado 1.100 hectáreas. El otro incendio activo, que afecta a Tartalés de los Montes, en Burgos, se ha sumado al ya extinguido de la semana pasada, que quemó la sierra de Tesla. Entre los dos han desolado unas 1.500 hectáreas de monte.
En Extremadura, una de las zonas más afectadas por los fuegos, la situación se ha estabilizado, aunque se mantiene el nivel 2 de alerta por las altas temperaturas.
Pérdidas de 27 millones en Extremadura
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) estimó ayer en 27 millones de euros las pérdidas que los incendios de este verano han supuesto para el campo de Extremadura. Así lo señaló ayer el secretario general de COAG en esta comunidad, Luis Cortés, que denunció que la causa de que se extendieran los fuegos 'es la política errónea de la Junta de Extremadura', ya que 'impide labrar, usar herbicidas y la quema controlada de rastrojos', que frenarían los fuegos. Cortés señaló que los daños son significativos en la ganadería, donde sólo las pérdidas en pastos suman millón y medio de euros. En Extremadura se han quemado 15.000 hectáreas, de las que 12.000 eran pastos. En el resto de España, la ola de calor afectará a la vendimia, cuya recolecta se adelantará. Se espera que la cosecha sea menor de lo previsto.