Los CD vírgenes subirán de precio para cobrar los derechos de autor
La Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec) ha claudicado en su negativa a cobrar un canon en concepto de derechos de autor; a partir del otoño repercutirá en el precio de los soportes digitales (discos compactos, DVD y minidisc, entre otros) una cantidad destinada a pagar a los autores por las copias domésticas de sus obras.
El pacto se firmará, previsiblemente, en septiembre, una vez que se fije la tarifa para los soportes minoritarios tales como el DVD virgen, el CD-R audio o el minidisc. Lo que sí está acordado, según un portavoz de la Sociedad General de Autores (SGAE), es la tasa que se aplicará a los CD vírgenes: 13 céntimos de euro por cada hora de grabación disponible. Así, un disco compacto de 80 minutos, que es su duración media, costará 17 céntimos de euro más caro que hasta ahora. Tan sólo a lo largo del año pasado se vendieron 120 millones de unidades.
El pacto responde a la reclamación de la SGAE y otras entidades de gestión en base a la Ley de la Propiedad Intelectual, que prevé una compensación por cada ¢copia privada¢ de una grabación. En base a esta norma, los fabricantes de cintas de audio y de video ya venían repercutiendo cierta cantidad: 0,18 y 0,30 euros por cada hora de grabación, respectivamente. El precio acordado ahora para los soportes digitales es inferior en atención a que parte de los CD vírgenes se utilizan para el archivo de datos y no para la grabación de música.
Temor a nuevas demandas
En su página web, Asimelec reconoce que ha cedido porque en este tiempo varias sentencias judiciales habían fallado en contra de los fabricantes y a favor de la SGAE. En ellas, los tribunales no sólo obligaban al pago del canon, sino que le otorgaban efectos retroactivos, lo que elevaba ostensiblemente el monto final de los fallos. Con el acuerdo, la patronal ha logrado el compromiso de los autores de no reclamar judicialmente ni pedir efectos retroactivos.
El futuro pacto, sin embargo, no prestar atención a la música comprimida, es decir, obviando las canciones en formato mp3. Un CD-R estándar permite grabar 80 minutos de música en formato convencional, es decir, que se puede reproducir en cualquier aparato lector de discos compactos. Sin embargo, si se comprime se pueden almacenar hasta 900 minutos, si bien para escucharla no basta un reproductor de CD, sino que requiere de un procesador que sea capaz de leerlos.
Esta circunstancia mantiene exenta del pago de derechos a los reproductores de mp3 portátiles, que empiezan a adquirir cierta popularidad. Estos pequeños ordenadores, que se asemejan en tamaño a una radio de bolsillo, son capaces de almacenar en su disco duro miles de canciones.