La OMC presiona para que EE UU y la UE cierren un acuerdo agrícola
Según avanza la reunión de Montreal, que reúne desde el lunes hasta hoy a 25 ministros de comercio de la OMC para preparar la Cumbre de Cancún de septiembre, las presiones sobre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos crecen. El director general de la organización, Supachai Panitchpakdi, fue muy crítico con la postura de ambas potencias.
'No he visto que se hayan realizado negociaciones reales. Espero que los ministros presentes puedan comenzar a desatar el proceso negociador', dijo. Las negociaciones de la Ronda de Doha cubren rubros de servicios, bienes manufacturados y medicamentos, pero 'la agricultura es la clave', admitió Supachai.
Originalmente, el acuerdo agrícola debía haberse cerrado en marzo pasado, pero la disparidad de posiciones, especialmente entre la UE y Estados Unidos, ha impedido ningún avance en esta cuestión. Los puntos de negociación pasan por las ayudas locales, los subsidios a la exportación y el acceso a los mercados.
La OMC ha presentado una propuesta, a través del presidente del comité agrícola, Stuart Harbinson, donde plantea una reducción de los subsidios agrícolas del 60% en los próximos cinco años. EE UU rechaza la propuesta porque, sostiene, la UE mantendría su diferencial de ayudas respecto a los demás países aunque el importe de las mismas fuera menor.
La UE se defiende y asegura que está 'en posición de jugar un papel ofensivo, pero, obviamente, en materia agrícola sólo somos una pieza necesaria, pero no suficiente para hacer avanzar las negociaciones agrícolas', dijo Arancha González, portavoz del comisario de Comercio, Pascal Lamy.
Nuevas exigencias
Por si fuera poco, Bruselas quiere agregar ahora un cuarto pilar que cubra lo que denomina 'indicaciones geográficas'. Su objetivo es prohibir que productores extranjeros vendan ciertos productos utilizando nombres de denominaciones de origen europeas, como champagne o parma. Estados Unidos, Australia y otros de los principales exportadores de alimentos se oponen fuertemente.
Si los dos principales socios comerciales del mundo no logran un acuerdo de mínimos entre ellos sobre el que negociar con los demás afectados, el acuerdo de la ronda será imposible.
'Tengo la impresión de que muchos miembros están comenzando a mirar hacia la Unión Europea y Estados Unidos en busca de un poco de liderazgo', dijo ayer Harbinson. 'Pero, por supuesto, es una situación delicada. Cualquier arreglo que desarrollen entre ellos mismos tiene que ser lo suficientemente amplio para tomar en cuenta los puntos de vista más amplios del resto de los miembros', advirtió el representante de la OMC.
Y la confianza de estos países que se podrían ver afectados por un acuerdo transatlántico no es mucha.
El ministro de Agricultura brasileño, Roberto Rodrigues, dijo tener modestas esperanzas respecto a estas negociaciones bilaterales y que su país no permitirá, en ningún caso, un pacto que fije los 'abusos' agrícolas de los países desarrollados.
El anfitrión de la reunión, el titular canadiense de Comercio, Pierre Pettigrew, puso la pelota en el terreno de los europeos. 'El compromiso de Doha fue claro, lanzar una ronda de negociaciones y eliminar todos los subsidios a las exportaciones. Y la mayoría de las subvenciones se producen en Europa'. Bruselas deberá jugar muy bien sus cartas.