Opciones para todos
Fueron arrinconadas por las crisis de los mercados bursátiles. Denostadas por los escándalos a que ha dado lugar su mala utilización. En definitiva: las opciones sobre acciones están en sus horas más bajas. Hace apenas dos semanas un gigante de la talla de Microsoft anunciaba su intención de abandonar esta forma de retribución y sustituirla por la entrega de acciones a sus trabajadores. No ha sido la única empresa en adoptar una decisión similar. Por todo ello, llama la atención la decidida apuesta por este instrumento que la Comisión Europea ha realizado, en un informe que acaba de concluir un grupo de expertos.
Sin embargo, algo ha cambiado. El modelo de planes de opciones que defiende Bruselas no tiene nada que ver con el uso que hasta ahora se ha hecho de esta forma de retribución, limitada a altos directivos con salarios millonarios y circunscrito a las grandes empresas. La Comisión parece tener muy claro que los planes son un elemento clave para fomentar la competitividad en Europa, por lo que recomienda que se mejore su trato fiscal y que se extiendan a todo tipo de empresas y para todos los trabajadores.
Popularizar las opciones sobre acciones y normalizar su uso en las compañías puede constituir no sólo un estímulo para los trabajadores y las empresas, sino un modo de desmitificar por fin un instrumento de retribución cuyo único pecado ha sido el mal uso que algunas compañías han hecho de él. La clave de su éxito será, como siempre, una regulación clara y uniforme.