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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El apagón y los políticos

Un refrán mexicano afirma que no se puede tapar el sol con un dedo. El gigantesco apagón que el lunes por la tarde dejó sin luz durante varias horas a Mallorca es un buen ejemplo de esta máxima: el Gobierno sostiene que el sistema eléctrico español no presenta deficiencias, las empresas afirman que invierten lo suficiente y nadie asume nunca responsabilidad alguna. Pero, como cada verano, la luz se va y la gran industria o, en este caso, toda una isla en plena temporada alta de turismo se ve afectada por gravísimos problemas. A veces se trata de un aumento excesivo de la demanda. A veces un fallo ocasional en una central. Y vuelta a empezar.

Antes del apagón mallorquín, Red Eléctrica de España ya se vio en la obligación de efectuar cortes selectivos a mediados de junio a determinadas empresas. Es evidente que algo falla en el sistema y que el plan de infraestructuras energéticas del Ejecutivo no ha cumplido su objetivo. Eso no se tapa con un dedo.

El caso de Mallorca es más complejo si cabe. A la ineficiencia se suma la miseria política. El secretario de Estado de Energía, José Folgado, torpedeó los planes del anterior Gobierno balear, presidido por el socialista Francesc Antich, de unir las islas con la Península con un gasoducto destinado a producir electricidad. La oposición fue tal que Baleares incluso quedó fuera del macroplan de ordenación energética. Ahora, Jaume Matas quiere un cable submarino. Cable o gasoducto, lo que se necesita es coherencia y responsabilidad.

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