La moto más sencilla pierde su atractivo
Con la llegada del verano las calles de las ciudades españolas se llenan de vehículos de dos ruedas. Desde pequeños ciclomotores conducidos por chavales, hasta motocicletas de mayor cilindrada. Modelos tradicionales como los de la marca italiana Vespa -fabricada por Piaggio-, junto con otros de aspecto más moderno, de las japonesas Honda o Yamaha, sirven a sus conductores para pasar de largo por los atascos y aparcar en el punto de destino.
Pero esta situación estacional no refleja el dramático estado del mercado: entre 1999 y 2002 el número de ciclomotores vendidos en España cayó de 335.726 a 113.756. Es decir, en tres años el mercado se ha visto reducido a un tercio. En motocicletas, el descenso ha sido mucho menos brusco, aunque en todo caso apreciable: de 68.635 unidades en 1999 a 63.365 en 2002 (-8%).
Tres son los motivos principales de esta caída, que también afecta a la mayoría de los países de la UE, según fuentes del sector consultadas. El descenso de la natalidad, que ya se deja notar entre los usuarios del ciclomotor, los jóvenes entre 14 y 20 años. En segundo lugar, la crisis económica también ha afectado a las ventas de estos bienes duraderos no indispensables. Y finalmente, la decisión estratégica tomada por el grueso de las aseguradoras de establecer una política de precios disuasoria.
El número de ciclomotores vendidos en España ha caído de 335.726 a 113.756 en los tres últimos años
La experiencia de la multinacional italiana Piaggio -propiedad de Deutsche Bank- vivida en España en los últimos años ilustra la situación que atraviesa la industria de las dos ruedas. La compañía invirtió 12 millones de euros en abrir una fábrica en Arganda del Rey (Madrid) en 2000. Justo entonces el mercado tocaba techo.
Pedro Quijada, presidente de Piaggio España, señala que con una capacidad productiva máxima de 100.000 vehículos al año, 'la planta estaba destinada a ser rentable, con un punto de equilibrio de 45.000 unidades'. Pero las cifras reales se quedaron muy lejos: 19.000 unidades producidas en 2001, 11.000 en 2002.
La empresa solicitó un expediente de regulación de empleo al inicio de 2002, no aceptado por la Comunidad de Madrid. En agosto anunció el cese de la actividad. La empresa catalana Tracoinsa se interesó por la fábrica, pero a última hora exigió una dura restricción de las condiciones laborales que los trabajadores no aceptaron. Al final, 55 días de indemnización para cada uno de los 99 empleados.
Las dificultades no son exclusivas de Piaggio. Yamaha ha anunciado un descenso del 18% de su producción en España para 2003, y no descarta un nuevo expediente de regulación de empleo, tras el realizado en octubre.
Los fabricantes, agrupados en Anesdor, piden al Gobierno un plan Prever para motos, la convalidación del carnet de coche con el de moto de 125 centímetros cúbicos y la intervención en el sector asegurador.
Arturo González, director general de Política Tecnológica, afirma estar estudiando estas medidas, que cuentan con amplio apoyo parlamentario, aunque no hay nada concreto. 'Bueno, algo sí: el IVA ha subido del 9 al 16%', se lamenta Quijada. En el primer semestre las ventas de ciclomotores han caído un 8%. El fin del túnel todavía no se divisa.