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Sindicatos

La dimisión del líder ahonda la crisis de IG Metall

La renuncia del presidente del sindicato más poderoso de Europa se produce unas semanas después de que la central se viese forzada a suspender, tras fracasar, una huelga en las regiones del este del país, en la que se pretendía equiparar los salarios del sector metalúrgico, pese a las abiertas y reconocidas diferencias de productividad en las dos zonas de Alemania.

'Con mi decisión hago constar, explícitamente, que no asumo la responsabilidad de la derrota de la lucha salarial del metal en el este del país', explicó Zwickel, al anunciar su abandono prematuro del cargo, tras 10 años al frente de IG Metall.

El líder sindical, que presentó formalmente su dimisión a la dirección de IG Metall el pasado viernes pero no la hizo pública hasta ayer, cargó así las culpas sobre Peters, impulsor de la huelga llevada a cabo en el este del país, que terminó hace unas semanas con fracaso de las reivindicaciones de los trabajadores.

'Quiero dejar claro que el nuevo inicio en la orientación del sindicato, que yo considero urgentemente necesario, no va a producirse', añadió Zwickel, de nuevo en alusión a Peters, representante del sector tradicionalista de IG Metall.

Según los planes del sindicato, Peters tomará el relevo a Zwickel, formando tándem con el representante del sindicato en Baden Württemberg, Berthold Huber.

Zwickel ha tratado de impedir ese relevo desde que Peters fue designado presidente el pasado abril, por considerar que el sindicato necesita de un renovador, no un tradicionalista. En la reciente huelga por la equiparación salarial se ha producido un enfrentamiento soterrado entre los dos modelos sindicales encarnados por el presidente que presentó ayer la renuncia, y el que lo será desde el 31 de agosto, fecha que se había fijado para el congreso extraordinario del relevo. Zwickel considera que el momento delicado por el que atraviesa la economía alemana y la creciente globalización precisan de sacrificios de los trabajadores, y, por tanto, de una renovación del discurso de la central. Estima que el mantenimiento del empleo actual, o de la mayor cantidad posible de empleo, es prioritario a una pequeña ganancia salarial, que a la larga puede poner en cuestión a empresas enteras con sus plantillas.

Por ello, las críticas de Zwickel, un histórico del mundo sindical alemán, fueron en aumento tras el fracaso de las movilizaciones del este. Peters convocó la huelga para reivindicar la equiparación de la semana laboral de los metalúrgicos del este con sus compañeros del resto del país, y la campaña topó con críticas generalizadas, puesto que ponía en jaque las inversiones realizadas tras la reunificación en el antiguo territorio germano oriental.

En las últimas semanas fuentes sindicales habían especulado con la posibilidad de que Zwickel buscase una alternativa a Peters en la dirección de la central; pero la salida precipitada ayer se interpreta ahora como la consolidación de las posiciones de Peters, que será el nuevo presidente en septiembre.

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