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Lealtad, 1

De aquellas opas vienen estos lodos

Raro es que una ecuación de canje provoque el revuelo mediático y financiero que ha desatado la propuesta de fusión entre ACS y Dragados. Blas Calzada señala, con acierto, que las fusiones deben ser aprobadas por las juntas de accionistas y que, si éstos no tienen inconveniente, él tampoco.

Pide que se explique por qué ahora se pagan 18,58 euros por cada acción de Dragados si en febrero valían 22,22. La respuesta es fácil. En febrero ACS quería hacer un gesto al mercado y dio opción de vender Dragados al mismo precio al que vendió BSCH un año antes. Un precio que incluía una prima jugosa que sólo el banco de Botín disfrutó. Pero era nada más que eso, un gesto, y sólo el 10% del capital acudió a la opa. Ahora la oferta es de verdad, sobre el 100%, y ACS no quiere soltar dinero.

No son, en todo caso, los accionistas minoritarios quienes se quejan, sino los hedge funds. 'Se han equivocado. Que no vengan con historias', dice Calzada.

La CNMV hace bien en pedir luz. ACS blindó el consejo de Dragados en la junta posterior a la opa y, aunque la ecuación de canje propuesta por este mismo consejo fuese injusta, es prácticamente imposible que se rechacen en junta. La apelación a que los accionistas ejerzan sus derechos es poco realista.

La ley de opas fue un avance. Pero se quedó corto. ¿Se imaginan ustedes votar por correo al consejero de Telefónica a partir de una lista más o menos abierta? Es lo que planea hacer la SEC. La labor de las juntas es la toma de decisiones, pero hoy por hoy están pensadas para minimizar su autonomía.

La CNMV es un regulador, no el juez supremo que dictamina qué operaciones son justas. Debe garantizar que el mercado funcione, pero a veces no es así y el patrimonio del accionista queda a discrecionalidad de un consejo. Se puede pedir que Calzada sea más beligerante, pero la culpa no es suya, sino de un sistema financiero que no da la talla.

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