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Países del Este, cantera de directivos

Una mina de directivos por explotar. El camino lo han abierto algunas empresas españolas, como Ferrovial, Unión Fenosa o Telepizza, que han puesto sus miras en los profesionales de los Países del Este. Y en ello están. Para adaptarlos a la cultura y a la forma de gestionar en España, las compañías se están volcando en formar a una nueva cantera de ejecutivos en esta zona. Al potencial de estos profesionales hay que sumar las dificultades que tienen las empresas españolas para expatriar a profesionales a filiales donde quieren abrir nuevos mercados. Otro dato significativo es la demanda del español como idioma para los negocios, que en el este de Europa ha crecido mucho en los últimos años. Algunas compañías con intereses en la zona han sabido captar el mensaje y han alimentado esa demanda con la puesta en marcha de programas de formación dentro de sus filiales en el extranjero, para que sus directivos conozcan al dedillo los procesos de gestión de la empresa en España. Así ha ocurrido con Ferrovial, que unos meses después de cerrar la adquisición de la constructora polaca Budimex, en mayo de 2000, puso en marcha el programa Gemini (gemelos en latín) para formar a ingenieros y administrativos de obras polacos en sus instalaciones en España. A fecha de hoy, han pasado por este programa 91 profesionales, de los que un 75% son ingenieros de obras y el 25% pertenecen al cuerpo administrativo. Todos ellos han tenido que seguir un estricto plan de formación, que ha durado entre cinco y nueve meses.

Un mes antes de su llegada a España y otros dos después, el programa se centraba exclusivamente en el aprendizaje del idioma y de las directrices básicas de la empresa; la segunda parte se basaba en aspectos técnicos como el control de costes, planificación en obra y sistemas de gestión, completados con visitas in situ a las obras o el alojamiento en familias españolas; y, por último, los participantes en el programa Gemini han pasado una evaluación sobre todas las materias anteriormente citadas. Pero la constructora no es la única empresa que ha intentado desarrollar experiencias de este tipo. Belén Castillo, jefa de estudios del Instituto Cervantes en Moscú, reconoce que estuvieron haciendo un trabajo previo similar con seis trabajadores rusos durante el verano de 2002. 'El grupo Pascual nos encargó formar a los empleados para que tuvieran unas nociones básicas de español y se pudieran desenvolver en la segunda fase de la formación en España'. Sin embargo, el proyecto ruso salió de las prioridades del grupo lácteo, que canceló la inversión. Los que sí han sacado adelante un proyecto de formación ha sido Telepizza en Polonia. En los últimos siete años ha mandado a más de 15 trabajadores de su filial Telepizza Poland al Cervantes de Varsovia, mientras que otro grupo de trabajadores rumanos de Campofrío pasó por el Instituto en Bucarest, aunque desde la compañía cárnica se califica la experiencia como 'puntual'.

Si ha tenido éxito, ¿por qué no se han producido réplicas del Gemini en otros países? Una de las razones se puede encontrar en el escaso nivel de inversión española en la zona. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, la inversión española en el centro y el este de Europa apenas supone un 1,1% del total, mientras que los intercambios comerciales con los citados países no superan el 3%. La inclusión de diez de ellos en la nueva Unión Europea puede suponer un aldabonazo a este tipo de proyectos. Sin embargo, algunos empresarios denuncian el escaso interés por acceder a esos mercados. Gonzalo López de Ceballos, director del área de Rusia de Freixenet, afirma que los antiguos países comunistas son 'mercados poco trabajados, en los que hay ciertas inseguridades y pocas garantías, pero donde la cultura española tiene muy buena imagen, frente a otras tradicionalmente más influyentes, como la alemana, denostada por las cicatrices provocadas tras dos guerras mundiales en menos de medio siglo'.

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En tres años, Ferrovial ha traído a España a 91 empleados polacos para enseñarles nuestra lengua y cómo se trabaja a pie de obra

Un dato que invita al optimismo es el incremento de la demanda del español como lengua extranjera en el este de Europa. En el Anuario del Instituto Cervantes, publicado por Círculo de Lectores y Plaza Janés, se afirma que el español es el lenguaje extranjero con mayor demanda, por encima del inglés o alemán, en declive. Así, el crecimiento ha sido de un 158,5% en Rumania, un 86,4% en Polonia, un 69,6% en Hungría, un 49,5% en Eslovaquia o un 27,2% en la República Checa en los últimos cuatro años. El informe concluye que, en la actualidad, hay más de 123.000 alumnos recibiendo clases de español en los 16 países que se han analizado y apunta que el perfil del estudiante medio corresponde a una mujer, entre 17 y 25 años, que aprende español para desenvolverse en el ámbito personal (ocio, turismo, libros, etc.) y profesional.

Abel Murcia, director del Instituto Cervantes en Varsovia, confiesa que el principal quebradero de cabeza de las primeras compañías españolas que invirtieron en el país era 'encontrar personal cualificado y con buenos conocimientos de español'. Ante estas dificultades optaron por utilizar el inglés como lengua de comunicación con los trabajadores, 'a pesar de que muchos de ellos tenían una buena base filológica de español. Murcia critica la dejadez española frente a la firmeza de otros países como Francia o Inglaterra, 'donde el lenguaje nativo es considerado como una herramienta de trabajo imprescindible en la actividad internacional. Por fortuna se han producido casos, como los de Ferrovial y Telepizza, que han relanzado el interés por el español'. El director asegura que los cursos más demandados actualmente son los relacionados con los negocios en español, que se imparten en turnos de dos clases por semana.

Aprentia Internacional, división exterior del grupo de enseñanza a distancia CEAC, tiene una filial en Varsovia desde hace 10 años. Su director, Mario Doria, señala que el español se ha colocado como el segundo idioma extranjero más demandado. 'Hay mucha gente que ya lo habla, en especial en Varsovia, y que considera nuestro país como un destino de oportunidades en el mercado laboral'. De hecho, reconoce que, ante la llegada de currículos de trabajadores polacos, intentaron alcanzar acuerdos privados con empresas de nuestro país para formar a los candidatos antes de su ingreso en el mercado laboral español, aunque este proyecto nunca cuajó.

José Ángel Fernández: 'En tres meses aprenden español'

La Universidad Corporativa de Unión Fenosa, que cumplió ayer su tercer aniversario, es la sede donde se han formado hasta la fecha 65 profesionales moldavos, que han recibido un curso intensivo de 500 horas durante tres meses sobre español y los valores corporativos y de negocio de la empresa en España.La eléctrica tiene el 100% del capital de tres compañías de distribución y generación moldavas (Red Chisinau, Red Centru y Red Sud) y comenzó a traer trabajadores hace cuatro años.El director de la universidad, José Ángel Fernández, señala que todo este proyecto surgió de la necesidad de dotar de eficiencia y rentabilidad a empresas de un sector muy regulado.'El proceso de selección es bastante duro y traemos sólo a los mejores profesionales, casi todos ingenieros industriales'. Fernández confirma que los resultados son óptimos, ya que los trabajadores son capaces de hablar español en tres meses y de dar un giro de 180 grados a su carrera profesional: 'Vienen a España como trabajadores y vuelven a su país como directivos de primer o segundo nivel'.

Javier Cea: 'Salen consolidados como jefes de obra'

'Cuando nos decidimos a comprar Budimex, pensamos que una de las claves para el éxito de la operación era exportar nuestra cultura de trabajo, para lo que teníamos dos opciones: mandar españoles a Polonia o traer polacos a España'.Tras analizar la situación, Ferrovial se decantó por la segunda opción, por la mayor facilidad de los polacos para aprender idiomas, frente a la primera, más costosa en lo económico y más problemática en la formación. æpermil;se fue el germen del proyecto Gemini. 'Hice las entrevistas a los primeros 60 trabajadores, de los cuales seleccioné a 12, que hicieron su primer viaje en diciembre de 2000. Casualmente les he visto en mi último viaje a Varsovia y su paso por España les ha servido para mejorar su situación personal: su nivel de español es casi perfecto, su cualificación es superior a la que tenían antes y se han consolidado como jefes de obra en su país'. Reconoce que varias constructoras españolas le han llamado para preguntar por este modelo de trabajo y anuncia que se repetirán iniciativas como el Gemini en poco tiempo. El pasado día 14 llegó a España el décimo grupo de trabajadores.

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