Preocupa el 'desahorro' de EE UU
La cifra de déficit público prevista para Estados Unidos este año, 450.000 millones de dólares, profundiza uno de los principales desequilibrios de esta economía: la escasez de ahorro.
Tal y como destaca Stephen Roach, economista jefe de Morgan Stanley, en el arranque de este ejercicio el ahorro bruto cayó al 14% de PIB. Si se descuentan las depreciaciones de inmovilizado, la cifra se reduce a un 0,7%. Según la teoría económica y el sentido común, el ahorro es igual a la inversión. De este modo, sólo el 0,7% del PIB de Estados Unidos está disponible para nuevas inversiones. En los años noventa, cuando algunos economistas ya habían advertido de la falta de ahorro, este porcentaje rondaba el 5%.
La primera economía del mundo debe recurrir a la importación de capitales de terceros países. Es el dinero extranjero el que puede ser invertido, y diariamente llegan a Estados Unidos 2.000 millones de dólares que, además, financian el déficit por cuenta corriente, de 550.000 millones de dólares. El mundo lleva gustoso su dinero a EE UU y el país apaña sus cifras.
Aunque las cuentas cuadren, Roach advierte que se trata un ejemplo de cómo el cortoplacismo termina por socavar los fundamentos de la economía. En apariencia es un desequilibrio formal que, en la era de la globalización, se ajusta con los flujos de capital. Pero implica que, para que la capacidad productiva de EE UU aumente, para que se cree empleo y para sustentar el crecimiento futuro, el país subcontrata la aportación de capital. En un momento, además, en el que la principal carencia de la economía es la inversión privada.
El modelo económico de la segunda mitad de los noventa, basado en el consumo, ya tuvo su auge. La recuperación posterior no se puede construir sobre la misma base, y mucho menos extremados los desequilibrios de esa etapa.