Los Quince se enzarzan por el futuro del Pacto de Estabilidad
El presidente de la república francesa, Jacques Chirac, volvió ayer a ejercer de demiurgo de la Unión Europea al reabrir unilateralmente el nunca zanjado debate sobre el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Sólo unas horas antes de la reunión mensual de los ministros de Economía de la zona Euro, Chirac plantó en una entrevista televisada la semilla a favor de 'una búsqueda conjunta de fórmulas de flexibilización del Pacto' e instó a los ministros a que encuentren 'una solución coherente con la estabilidad y que permita no disminuir el crecimiento'.
La propuesta cayó en el terreno abonado de la Presidencia italiana de la UE, que desde su arranque el pasado 1 de julio no ha ocultado su propósito de segregar las partidas del presupuesto nacional (defensa, I+D, infraestructuras) para excluir la mayor parte de la inversión del cómputo del déficit público. La Comisión se niega a cualquier reinterpretación del Pacto de este tipo, pues a su juicio trasladaría a generaciones futuras la financiación del gasto actual. Pero la continua caída de las previsiones de crecimiento en la zona euro (menos del 0,7% para este año) debilitan la posición de Bruselas.
El comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, llegaba anoche a la reunión con el aval de un potente documento de casi 100 páginas que concluye que 'el coste a corto plazo del ajuste fiscal merece la pena'. El documento reconoce que la zona euro pagará a corto plazo el rigor fiscal con tres décimas de menor crecimiento. Pero cosechará los dividendos en 2004 con un crecimiento de al menos el 2% del PIB.
El esfuerzo de contención en el gasto, sin embargo, se le pide a las tres mayores economías de la Unión Monetaria: Alemania, Italia y Francia. Y a juzgar por las palabras de Chirac y las intenciones del ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, estos países no parecen dispuestos a sacrificarse en aras de la comunidad. Solbes, con el apoyo militante de España, Holanda y Finlandia, intentará que, al menos, el Pacto no quede en entredicho.
El ministro español, Rodrigo Rato, recordaba al comienzo de la reunión que 'si queremos tipos de interés bajos necesitamos eliminar el déficit'. El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, también resaltaba en unas declaraciones recogidas por Efe que el Pacto 'ha permitido a España seguir creciendo y creando empleo'.
El Gobierno holandés, cuyo programa de estabilidad pasaba ayer el examen del eurogrupo, añadía que 'en nuestro presupuesto hemos aplicado las reglas comunitarias y esta noche pediremos a Alemania y Francia que hagan lo mismo'.
Pero Chirac defendía ayer en París un trato benévolo para Alemania, país que probablemente superará en 2004 por tercer año consecutivo los límites de déficit previstos en el Pacto. 'No se trata de modificar el Pacto', afirmó Chirac en una entrevista, 'sino de tomar en cuenta las circunstancias particulares de cada país'. En el caso concreto de Alemania, Chirac pide que se tome en cuenta 'su situación en Europa y su contribución'. Berlín soporta un saldo negativo con el presupuesto comunitario que llega a alcanzar los 9.000 millones de anuales, mientras que España recibe casi 6.000 millones de euros al año.
Amenaza de sanción
Alemania, junto a Francia y Portugal ha superado ya los límites de déficit previstos en el Pacto (3% del PIB nacional respectivo) y sobre ellos se cierne la posibilidad de una sanción de hasta medio punto del PIB si no corrigen el deterioro fiscal antes de finales de 2004 (de 2003, en el caso portugués).
'Especialmente preocupante resulta el continuo deterioro presupuestario en Alemania', constata el documento de la Comisión que debatía anoche el eurogrupo. 'A pesar de los ajustes adoptados, el déficit en 2003 será más cercano al 4% que al 3%'. La CE tacha de 'irreales' las previsiones del Gobierno alemán que apuntan un déficit del 2,25% en 2004. Berlín y París quieren desactivar ya la disyuntiva rigor fiscal o sanción.
Ecofin teme la repercusión fiscal de la obra pública
Los ministros de Economía de los Quince acogerán hoy con cautela el plan de infraestrucutras transfronterizas que Italia ha convertido en una de las prioridades de su semestre al frente de la Unión Europea. Aunque el Banco Europeo de Inversiones ofreció ayer un generosos crédito para apoyar la financiación del plan, los ministros pedirán que un grupo de expertos nacionales evalúe primero la repercusión presupuestaria de unos proyectos que requerirán una inversión superior a los 235.000 millones de euros. El borrador de conclusiones del consejo de hoy pide que se analice 'el posible impacto en el presupuesto comunitario, en los nacionales y en el capital del BEI'. El informe no se conocerá, al menos, hasta finales de noviembre.
El BEI ofrece una línea de crédito 50.000 millones
El presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Philip Maystadt, ofrecerá hoy al Consejo de Ministros de Economía de la UE la apertura de una línea de crédito de hasta 50.000 millones de euros para proyectos de infraestructuras. Se trata de la contribución del BEI a los planes de la Comisión Europea, recogidos por la presidencia italiana de la UE, para estimular la actividad económica mediante un plan de infraestructuras de más de 235.000 millones de euros. El BEI se muestra dispuesto a financiar hasta el 75% de alguno de los 18 proyectos transfronterizos que la Comisión ha calificado de prioritarios (entre ellos, algunos enlances ferroviarios de España con Francia y Portugal). La madurez del préstamo podría llegar a 35 años.
Prodi resucita la idea del impuesto comunitario
La Comisión Europea, que preside Romano Prodi celebró el domingo un seminario sobre las directrices futuras del presupuesto comunitario, cuya próxima negociaciónse producirá en 2006. Aunque el debate no ha hecho más que comenzar, fuentes comunitarias señalaron que se desea reducir el gasto fijo del presupuesto europeo (política agrícola y estrucutral), en el que la Comisión tiene una influencia limitada, pero aumentar las partidas de inversión discrecionales, que se podrían concentrar en proyectos con un mayor impacto comunitario. La Comisión de Prodi sopesa además recuperar la propuesta de un impuesto europeo, cuya creación se atisba en el proyecto de Constitución. Los ministros de Economía la rechazaron en el año 2000.