El Nasdaq toma de nuevo la iniciativa y sube el 1,5%
Las Bolsas han encontrado una nueva excusa para justificar su apuesta alcista: las fusiones. El lunes se encontraron con la operación entre la canadiense Alcan y la francesa Pechiney y el interés de Volkswagen por la división de camiones de MAN. Ayer, en EE UU, los protagonistas fueron la fusión pactada de EMC y Legato, dos compañías de software, y la compra del fabricante de camiones Roadway por parte de Yellow. El mercado ha dado la bienvenida a esta oleada de operaciones empresariales, aunque ayer sólo sirvieron para evitar un recorte de beneficios tras el fuerte rebote del lunes. La mayoría de las Bolsas europeas cerró con leves pérdidas, mientras que en Wall Street, Dow Jones (+0,07%) y Nasdaq (+1,5%) terminaron la sesión al alza. Este último mercado se benefició de la fortaleza que siguen mostrando los valores tecnológicos y de los inversores que insisten en ignorar las altas valoraciones.
Valores tecnológicos al alza, blue chips a la baja. æpermil;ste fue ayer el guión de Wall Street, que no quiso perderse las buenas nuevas anunciadas el lunes por algunas firmas, como Goldman, sobre la tecnología. Aunque los más destacado ayer fueron los movimientos corporativos. La fusión de EMC y Legato dejó pérdidas del 4,43% para la primera y subidas del 8,9% para la segunda. Lo mismo ocurrió en la adquisición de Roadway por parte de Yellow. La compradora cedió un 5,23% y la comprada subió el 52,86%. En el Dow destacó el alza de General Motors (+2,12%), que decidió prolongar hasta finales de julio sus ofertas de ventas sin intereses en los préstamos para coches, y la caída de Honeywell (-0,21%), al que Merrill recortó la estimación de beneficios.
El tirón de la tecnología no fue esta vez suficiente. En el otro lado de la balanza figuró el pesado sector de las telecomunicaciones. Sin embargo, los retrocesos no sobrepasaron el 0,1% en las principales plazas. Fráncfort (+0,35%) incluso logró cerrar en positivo animado por la fortaleza del Nasdaq.
Un banco estatal alemán, el Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW), anunció ayer que lanzaba una emisión de bonos intercambiables por acciones de Deutsche Telekom por valor de 4.500 millones de euros. La acción del KfW no supone sólo la mayor emisión de bonos convertibles de la historia, sino que además refleja la situación en la que se encuentran muchas telecos europeas, donde las altas participaciones que mantienen algunos Gobiernos y empresas estatales ponen en peligro la estabilidad de las cotizaciones en el momento en que éstos decidan inundar el mercado con papel de alguna de sus participadas.
La caída de Deutsche Telekom (-2,87%) arrastró al resto de compañías con participaciones estatales importantes, como Telia Sonera (-0,92%), Telekom Austria (-3,15%) o France Télécom (-0,64%). Por otro lado, los semiconductores disfrutaron de un nuevo día de avances, aunque éstos fueron más leves tras la borrachera alcista del lunes. Sage Group (+3,76%) y ARM Holdings (+3,01%) lideraron las ganancias,
Las compañías farmacéuticas también tiraron a la baja del mercado, con caídas del 2,81% para AstraZeneca ante las dudas sobre la aprobación de un medicamento en EE UU. Por último, en Londres Prudential avanzó el 4,93% después de que se especulara con la posible venta de la participación del 79% que la aseguradora mantiene en el banco por Internet Egg.
Los mercados mostraron ayer su apoyo a las reformas del sistema de pensiones impulsado por el Gobierno de Lula. Así, el Bovespa ganó un 1,5% en medio de la huelga convocada por los trabajadores del sector público.
El Nikkei sobrepasó ayer, en la sesión, la cota psicológica de los 10.000 puntos, aunque al final de la jornada se debilitó y cerró en los 9.898,72 puntos, con un alza del 1,06%. Este nivel, sin embargo, es el más alto desde agosto de 2002, gracias al buen comportamiento de la tecnología.