Exportar el AVE

Ser un modelo a seguir en materia de infraestructuras representa, de forma innegable, un motivo de orgullo para España. Sobre todo, si quien toma a nuestro país como referencia es nada menos que la mayor potencia económica del mundo. El acuerdo que firmarán hoy el Ministerio de Fomento, el GIF y Renfe para convertirse en asesores del proyecto de alta velocidad de California es la mejor señal de que estamos en la vanguardia en este terreno. Y el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, no dudó ayer en ponerse galones al referirse al acuerdo con California. Cascos olvidó reseñar, sin embargo, que el AVE que encandiló a los responsables ferroviarios californianos fue el que enlaza Madrid con Sevilla, construido durante los años de gobierno socialista. Francia y Alemania, los otros dos países que están en la vanguardia de la alta velocidad ferroviaria, gozan de pocas simpatías en EE UU tras su rechazo a la guerra en Irak. Con lo cual no sorprende la apuesta californiana. Lo que sí llama la atención es que el titular de Fomento se enorgullezca de este contrato y, al mismo tiempo, reconozca que no aún no tiene fecha para estreno del AVE Madrid-Lleida, que sí le compete directamente y lleva largos meses de retraso.