Uso y abuso de la estadística
La estadística es una ciencia exacta porque dice siempre exactamente lo que uno quiere que diga: es algo conocido desde siempre. Que todos los Gobiernos suelen poner el foco en el dato que más conviene a sus intereses, también. Pero el uso torticero de las cifras en el Ministerio de Trabajo desde que tomó las riendas Eduardo Zaplana supera con creces los excesos a los que la sociedad española estaba acostumbrada.
Los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social proceden de un registro y es fácil presuponer que están disponibles casi en tiempo real. El dato de paro se publicaba tradicionalmente el segundo día hábil de cada mes. Hasta que llegó Zaplana, que lo airea en el momento y la forma que considera más oportunos, sin contexto y buscando el golpe de efecto mediático. En esta ocasión decidió dar un avance con ocasión del debate sobre el Estado de la Nación y dejar para ayer el desglose. Un desglose que, bien analizado, deja claro que las cifras no son tan optimistas como dijo el ministro. La falta de previsión provoca, incluso, situaciones rocambolescas como su difusión en la página de Internet de Economía antes de que las publicite Trabajo.
Zaplana ha roto, además, con la sistematización de las notas de prensa, que incluían siempre los mismos referentes. Este mes olvidó destacar la variación media del paro y la afiliación durante los últimos 15 años (que sí figuran en los anexos). Descuidos que, incluso si son fortuitos, alimentan la percepción de que la estadística pública se utiliza como si fuera de uso particular.