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Coyuntura

La crisis económica amenaza con desestabilizar el sistema financiero

Un periodo prolongado de debilidad económica, aunque improbable, pondría aún más a prueba la capacidad de absorción de pérdidas por parte de instituciones y mercados financieros', advierte el BIS, organización de la que forman parte los principales bancos centrales del mundo.

La vulnerabilidad de la banca se desprende de su vinculación a las acciones bursátiles y los créditos. 'La carga de la deuda que soportan las compañías continúa siendo pesada en muchos países, al tiempo que un continuo crecimiento débil, al reducir los beneficios y los ingresos de las empresas, podría disparar las pérdidas que sufren los bancos en los préstamos a compañías', advierte el BIS. Además, los bancos mantienen riesgos considerables en empresas de sectores frágiles, como tecnologías de la información, medios de comunicación, telecomunicaciones y servicios de viajes.

Otro de las amenazas para la banca es un abaratamiento de los inmuebles, porque muchos préstamos están respaldados por los bienes, añade. Esa caída de precios presionaría, a su vez, sobre los créditos hipotecarios con fines comerciales, 'socavando así una fuente de vigor tanto para bancos como para compañías de seguros durante la reciente desaceleración'.

Un crecimiento débil, al reducir los beneficios de las empresas, podría disparar las pérdidas que sufren los bancos en los préstamos a compañías

Y es que el comportamiento de la banca durante la actual crisis ha sido ejemplar, con una 'continua capacidad de reacción (...) que fue una fuente indiscutible de fortaleza para la economía mundial', admitió ante la asamblea anual el presidente del BIS, Nout Wellink.

Su 'solidez' actual es lo que permite más optimismo sobre el sistema financiero, pues sus múltiples canales de financiación permitirían 'una respuesta flexible' a un panorama desfavorable.

No obstante, no todos los bancos han reaccionado igual de bien. Mientras los japoneses siguieron atravesando dificultades financieras, 'los alemanes obtuvieron resultados decepcionantes', destaca Wellink.

La banca se ha beneficiado a su vez de un entorno de recorte de tipos de interés. La Reserva Federal rebajó la semana pasada los tipos hasta el 1%, el nivel más bajo en más de 40 años. Desde enero de 2001 la autoridad monetaria estadounidense ha aplicado 13 recortes en el precio del dinero para impulsar una recuperación que no acaba de cuajar. 'La política monetaria se ha ido acercando a la zona donde su eficacia puede ser menos evidente', afirma Wellink.

Si en EE UU la relajación de la política monetaria pierde su efecto, se repetiría el caso de Japón, donde los tipos de interés están al cero por ciento, sin que ello haya provocado la recuperación. Es más, la política monetaria de Japón apenas tiene efecto debido, en parte, a su deflación. El riesgo ahora es que ese panorama se extienda a otros países.

'Las fuerzas desinflacionarias quedaron patentes en casi todo el mundo y la deflación se materializó o amenazó con hacerlo en una serie de economías', dice el BIS. Además de Japón, la caída de precios se registró en otros países asiáticos, como China y Hong Kong, pero podría expandirse más y dar origen 'a la posibilidad, si bien remota, de que acontezca una deflación generalizada'. Esta situación socavaría los efectos de la política monetaria expansiva, por lo que los bancos centrales no tendrían instrumentos para impulsar la recuperación.

No obstante, en la zona euro, donde los tipos de interés están al 2%, 'la política monetaria cuenta tanto con el margen como con las credenciales de antiinflación necesarias para rebajar los tipo de interés si las circunstancias lo requieren', apuntó el presidente del BIS.

En este contexto, el banco recomienda cambios estructurales en las economías europeas y reformas en el mercado del trabajo.

En caso de que la recuperación no llegue a materializarse, el BIS plantea 'la necesidad de colaboración entre autoridades monetarias, fiscales y, en algunos casos, también supervisoras'.

El corto plazo de los recortes de impuestos

La política fiscal expansiva de Estados Unidos, que desde que llegó George Bush a la presidencia ha supuesto dos sustanciosos recortes de impuestos, tendrá efectos positivos a corto plazo, impulsando la demanda en la segunda mitad del año. No obstante, el BIS advierte que el estímulo monetario y fiscal 'podría exacerbar desequilibrios actuales como son los déficit exteriores'.

El consumo cede su puesto como motor

Uno de los riesgos principales de la recuperación mundial es la caída del consumo, hasta ahora motor de la recuperación. 'El gasto de los hogares podría debilitarse ante los crecientes niveles de deuda de los consumidores, una bajada potencial de los precios de la vivienda y el aumento del desempleo', dice el informe. La duda es si la inversión empresarial podrá suplir esa caída.

Un dólar bajo impulsa el proteccionismo

La depreciación del dólar podría aumentar el proteccionismo, señala el BIS. Según el banco, la depreciación podría reducir los desequilibrios externos de EE UU, ya que dispararía la demanda mundial al ofrecer más margen en la política monetaria en otros países. No obstante, si se produce a un ritmo inadecuado, podría intensificar las tendencias proteccionistas, sostiene el banco.

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