Las emisiones se destinan a refinanciación, no a nuevas inversiones
Las compañías europeas y estadounidenses han aprovechado los bajos tipos de interés para financiarse. En las últimas semanas, por poner un ejemplo, además de la emisión récord de 17.000 millones de General Motors, Bear Stearns vendió 1.500 millones; Vodafone ha anunciado una venta de títulos de 500 millones; British American Tobacco planea la colocación de 1.000 millones y Basf prevé vender 1.000 millones de euros para refinanciar la deuda a corto plazo.
Según la Reserva Federal estadounidense, la deuda emitida por empresas no financiera creció un 3% en los tres primeros meses del año, hasta situarse en 4,95 billones de dólares, desde los 4,91 billones del último trimestre del año pasado. Hace una década, la cifra era cerca de la mitad, 2,55 billones de dólares.
Sin embargo, los economistas advierten que gran parte del dinero recaudado no se destina a la inversión, lo que ayudaría a reactivar la economía, sino más bien a refinanciar la deuda existente. 'De ningún modo se puede decir que los balances de las compañías se han saneado', afirma John Lonski, economista de Moody's. 'Las empresas deben depurar todavía mucho sus cuentas antes de que se pueda esperar una verdadera recuperación de la inversión', afirma este experto.
Debilidad financiera
Una de las medidas más utilizadas para estudiar la posición financiera de la empresa es la cantidad de liquidez (cash flow) generada respecto a los pagos de deuda. Esta ratio se mantuvo en el 15,1% en el primer trimestre, por encima del mínimo del 13% alcanzado en el mismo periodo de 2002, según Moody's.
El año pasado, esta agencia emitió 652 rebajas de calificación, dato récord. La previsión apunta que no será hasta 2005 cuando la cifra de mejoras supere los recortes.